Mara Jess Montero, mano izquierda para negociar los Presupuestos y ‘plan b’ para Andaluca


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Mantiene el Ministerio de Hacienda y se convierte en la vicepresidenta cuarta de Pedro Sánchez

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María Jesús Montero, en el Congreso de los Diputados.bernardo daz
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Pocos recuerdan ahora que María Jesús Montero formó parte del Comité de Garantías del PSOE en el otoño de 2016, cuando el partido implosionó y forzó la dimisión de su entonces secretario general. Ella fue una de los tres miembros de ese órgano de control interno, cercana a Susana Díaz, que maniobraron para precipitar la salida de Pedro Sánchez y dejar el partido en manos de un directivo.

Han pasado siete años desde entonces y nadie puede negar a María Jesús Montero, quien mantiene la Tesorería y asciende a Cuarta Vicepresidenciaquien se ha convertido en uno de los miembros de la consejo de ministros más leal al presidente, uno de los que más eficientes servicios le ha prestado a lo largo de una legislatura envenenada: en el Tesoreríaen el portavoz del gobierno o en el vicesecretario general del PSOEquizás el puesto que menos se ajustaba a sus preferencias porque nunca disfrutó de la política orgánica.

María Jesús Montero (Sevilla, 1966) regresa al núcleo duro del nuevo Gobierno de Pedro Sánchez tras ganarse una merecida reputación por una política que calentar la silla en las reuniones y no se levanta hasta haber logrado sus objetivos.

Con un PSOE en minoría absoluta en el Congreso de los DiputadosEl ministro de Hacienda ha conseguido sacar adelante tres presupuestos contra muchas previsiones, liderados, en la última etapa, por el ministro de Presidencia, Félix Bolaños.

Con un carácter imperativo pero a la vez empático, ha sabido hacer de puente entre Yolanda Díaz y Nadia Calvio cada vez que saltaban chispas sobre la aprobación del salario mínimo interprofesional o la reforma laboral.

Su manera coloquial de hablar y la familiaridad con la que se dirige a sus interlocutores, ya sean rivales políticos, empresarios o periodistas, le han hecho en ocasiones presa fácil para la parodia, pero quienes alguna vez se han burlado de su acento o de su locuacidad apresurada ya han tenido tiempo de comprobar la habilidad con la que rechaza ataques cargados de prejuicios. Por otro lado, tiene una demostrada capacidad de persuasión que la convierte en una negociador eficaz.

Es licenciada en Medicina por Universidad de Sevilla y militó en la juventud comunista durante su época de estudiante, cuando conoció a su marido, el sindicalista de CCOO. Rafael Ibéz, con quien tuvo dos hijas y de quien se separó hace años. Ibez asesora actualmente a Izquierda Unida dentro del grupo Por Andalucía en el Parlamento de Andalucía y fue el líder de la operación, negociada con el PSOE, que consiguió arrebatar el liderazgo de la izquierda andaluza a Teresa Rodríguez mediante su nombramiento político por ‘transfuguismo’ tras romper con Pablo Iglesias.

Hasta donde se sabe, Montero sólo ha dicho ‘no’ a Pedro Sánchez en una ocasión. Y fue entonces cuando consideró su nombre para ponerla al frente del PSOE andaluz en sustitución de Susana Díaz, de quien había sido consejera y solvente escudera. Finalmente, Sánchez nombró al entonces alcalde de Sevilla, Juan Espadas, quien cumplió con éxito el primero de sus objetivos: ganar las primarias a Susana Díaz; pero ha fracasado estrepitosamente en el segundo: recuperar para el PSOE la Gobierno de la Junta de Andalucía.

Su carrera y el peso específico que ha ganado tras años en la política nacional son un aval por si Sánchez vuelve a pensar en Montero si decide en algún momento tomar el relevo de Juan Espadas, que no acaba de encontrar la clave con la que debilitar el impulso electoral Por Juanma Moreno. Pese a él, Montero vuelve a ser la figura a la que muchos apuntan en el partido para respirar un poco hermano y personaje al trabajo de oposición. De alguna manera, ya ejerce ese papel desde el Gobierno central, aprovechando cada evento político o institucional en el que participa en Andalucía cuando aterriza en Sevilla cada viernes.

En Andalucía le recuerdan a menudo (casi a diario) que fue ella quien guardó en un cajón, nada más llegar al Ministerio de Hacienda, la reforma del modelo de financiación autónoma que tanto había exigido al Gobierno de Rajoy como consejera. Tendrás que lidiar con eso y otros. bombas de efecto retardado que le estarían esperando por los agravios contra Andalucía derivados de la rendición del Gobierno al separatismo catalán en materia fiscal o de inversiones. O por la ley de amnistía, un sapo difícil de digerir en el PSOE andaluz. Estoy seguro de que para entonces lo tendrás bien entrenado.

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