Anoche, el gabinete de guerra celebró una reunión extraordinaria para discutir una posible pacto. En la reunión también participaron el jefe del Mossad y el jefe del personal de Inteligencia encargado de localizar a los secuestrados y desaparecidos.
Desde que el periódico estadounidense ‘The Washington Post’ publicó el sábado este posible acuerdo, los movimientos diplomáticos se han acelerado. Algunas fuentes apuntan a que los liberados serían un grupo de entre 50 y 70 personas, la mayoría mujeres y niños retenidos en Gaza por los extremistas.
El periódico libanés Al-Akhbar ha informado que Hamás exige una pausa de cinco días en los combates, mientras que Israel insiste en no más de tres días. Además, el grupo islamista exigió a las fuerzas israelíes que cesaran sus actividades de Inteligencia en el norte de Gaza, pero Israel accedió a cesar sus actividades sólo en el sur de la Franja.
Anoche, el presidente de Estados Unidos prefirió apelar a la cautela. Cuando se le preguntó sobre la posible liberación de los rehenes, Joe Biden dijo: “Quiero asegurarme de que estén fuera y luego se lo diré”. Bajo condición de anonimato, un funcionario de la Casa Blanca también dijo que las negociaciones “muy complicadas y muy delicadas” estaban avanzando, según Reuters.
Desde el ataque del 7 de octubre, Hamás ha liberado a cuatro mujeres. Una adolescente de nacionalidad estadounidense y su madre fueron las primeras en ser liberadas por motivos humanitarios. Unos días más tarde, a dos ancianas se les permitió regresar a Israel. Uno de ellos informó que los obligaron a caminar a través de túneles durante el cautiverio. El grupo islamista también ha hecho público vídeos secuestrados pidiendo a Netanyahu que acepte el acuerdo para su liberación. Según los analistas, representan una prueba de vida para las familias y al mismo tiempo una mayor presión psicológica para las autoridades israelíes.