Hace felices a los independentistas empoderando a Bolaós, su interlocutor y también responsable de supervisar la aplicación de la amnistía.
La composición del Gobierno revela como paradoja más evidente la disminución del peso del PSC en el Ejecutivo. Los socialistas catalanes pasan de dos carteras a una única tras haber sido decisivos en Pedro Sánchez Continúa en la Moncloa aportando a su cuenta de resultados con 1,2 millones de votos, casi el 35% de los emitidos en Cataluña en las últimas elecciones generales.
Pierden su lugar en el Ejecutivo Michael Iceta -que podría acabar como candidato a las elecciones europeas- y Raquel Sánchezhasta ahora titulares de Cultura y Transportes, y se incorpora como cuota única del PSC Jordi Hereu. El exalcalde de Barcelona ocupará la cartera de Industria después de haber permanecido alejado de la vida política desde que en 2011 perdió la alcaldía de la capital catalana ante los nacionalistas Xavier Trias.
El PSC ha visto mermar paulatinamente su influencia en el Gabinete de Sánchez. Este descenso ya empezó a producirse en la pasada legislatura cuando Iceta fue degradado de la cartera de Política Territorial a la de Cultura para contentar a ERC, el socio preferente del PSOE, que seguía viendo en el ex primer secretario de los socialistas catalanes un de la promotores del 155. Recordemos cómo antes, en 2019, los republicanos habían vetado el salto de Iceta al Senado por mera venganza.
Esta orientación a los republicanos, y a todo el movimiento independentista, continúa en el actual mandato promoviendo Flix Bolaos a la Justicia para supervisar políticamente la aplicación de la amnistía, especialmente en los casos más difíciles, aquellos que el separatismo identifica con la etiqueta de guerra legal y que los jueces podrían resistirse a exonerar porque no tienen vínculos obvios con el proceso.
Y la dependencia del separatismo también tiene que ver con el despido de Raquel Sánchez, que como responsable de la red ferroviaria estatal se había opuesto firmemente al traspaso de Rodalies, uno de los traspasos concedidos a ERC a cambio de su apoyo a la investidura. alegando que no tenía ningún encaje legal posible.
Illa no ha conseguido imponer a ninguno de sus ministros, como el senador Eva Granadosy ya estaba excluido de la negociación con el partido de Oriol Junqueras y Junts, que estaba íntegramente dirigida por Bolaós y el número tres del PSOE, Santos Cerdánsacerdote responsable de la rehabilitación política de Carlos Puigdemont.
Tanto ERC como los posconvergentes exigirán a Sánchez una relación directa con sus interlocutores habituales en el Gobierno y en el PSOE, es decir, con Bolaos y Cerdán, descartando la capacidad de influencia de Hereu en la cartera catalana.
Esta situación es especialmente delicada para Illa cuando faltan menos de dos años para las próximas elecciones parlamentarias. De momento, las previsiones para el candidato seguro del PSC son buenas -la semana pasada el CIS catalán vaticinó una nueva victoria para él y señaló que el independentismo perdería su mayoría absoluta por primera vez desde 2015-, pero el desgaste que puede traer la gestión La aplicación de la amnistía podría alterar las previsiones de los socialistas catalanes, lo que supondría grandes sacrificios a partir de la aprobación de la medida de gracia.
El poder del PSC se reduce a las empresas propiedad del Estado. Al frente de AENA continúa Mauricio Lucena y Blanco Ral dirige Renfe. Ambos militantes. Los presidentes de Indra también son de la órbita de los socialistas catalanes (Marc Murtra) y Enags (Antonio Llardón). Y estamos a la espera de saber quién será el sustituto de Hereu, que presidía Hispasat, el operador de satélites que también está implicado.