Sumar se pone la corbata para marcar distancia con Podemos


El asalto de Podemos al cielo derivó en una imagen en enero de 2016. La del canario Alberto Rodríguez jurando en su acto de diputado luciendo rastas y jersey de lana ante la mirada sorprendida de la mayoría de caballeros. Incluyendo un Mariano Rajoy, cuyo rostro atónito quedó reflejado para la historia. El atuendo de Rodríguez, inédito en aquel momento en el Congreso, se reprodujo años después en el Consejo de Ministros del primer Gobierno de coalición, en el que los miembros de Unidas Podemos dejaron de lado la corbata e implementaron una imagen más desenfadada. Nuevos tiempos, desterrado ahora por Yolanda DíazFeliz de ver cómo (casi) todo lo que tiene que ver con Podemos empieza a estar cada vez más alejado de Sumar.

Pablo Bustinduy y Ernest Urtasun, dos de los nuevos miembros del Gobierno de coalición, vistieron ayer de traje y corbata en su primer Consejo de Ministros, su imagen muy alejada de la que lució Pablo Iglesias en su primer día como vicepresidente. Al armario ideológico del exlíder de Podemos no le encajaba el empate, símbolo de esa casta que tanto detesta y contra la que estaban llamados a luchar desde su espacio político. Más allá de los outfits, pura anécdota, lo cierto es que los elegidos por Yolanda Díaz están bastante alejados política y socialmente de quienes ocuparon los escaños del banquillo azul por Unidas Podemos en 2020.

En el pasado de Urtasun o Bustinduy No hay enfrentamientos en la calle con la Policía ni con la militancia radical. Se trata de perfiles más técnicos, criados en colegios de élite, que no se parecen en nada a la mayoría de los que han ocupado los primeros puestos de la formación morada durante todos estos años. Bustinduy, hijo de una ministra socialista, Ángeles Amador -responsable de Sanidad entre 1993 y 1996- ha estado inmerso en la política desde la cuna. Al igual que Urtasun, se formó en los mejores centros educativos y eso se refleja en su currículum y experiencia dentro y fuera de la política. Perfiles que Díaz tenía claro que quería tener cerca cuando empezó a diseñar la estructura de Sumar.

Rescató al catalán de Europa para convertirse una de las caras visibles del partido, en el que poco a poco fue ganando peso hasta convertirse en una pieza clave en la negociación con los separatistas y con el propio Partido Socialista. Bustinduy, durante años en la estructura de Podemos, acabó en Sumar antes de la campaña electoral para encargarse de la parte más internacional del programa. Sin que ninguno de los dos llegue a ser diputado, la vicepresidenta ha tenido clara su denominación para ocupar un asiento en el Consejo de Ministros.

Las carreras de Mónica García y Sira Rego difieren de las anteriores –especialmente en el caso de la nueva ministra de Infancia y Juventud–, pero no dejan de ser perfiles muy distintos a los de Irene Montero o Ione Belarra. La nueva ministra de Sanidad llega al cargo avezada en el mundo político tras años de oposición a Isabel Díaz Ayuso. Una guerra con un premio inesperado para ella. Médica, madre y ahora ministra, la madrileña también creció en un entorno político. Hija del psiquiatra Sergio García Reyes, que fue diputado en la Asamblea de Madrid, también estudió en un colegio privado ubicado en uno de los barrios más exclusivos de Madrid. Aunque militó en Podemos, abandonó el grupo en 2019, seducida por el proyecto menos beligerante de Más Madrid, en el que se sintió más cómoda desde el principio.

El caso más sonado de los nuevos ministros de Sumar es el de Sira Rego, militante de Izquierda Unida, en cuyo pasado hay polémicas asociadas al ideario clásico del partido y cuya presencia en la bancada azul ha provocado una polémica de la que Yolanda Díaz quiere a huir.

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