SIBO significa literalmente, por sus siglas en inglés, crecimiento excesivo de bacterias en el intestino delgado. “Es una situación patológica de la microbiota que altera el correcto funcionamiento del sistema digestivo en el organismo”, explica Mariana Aróstegui, bióloga especialista en microbiota. El experto asegura que esta enfermedad está directamente relacionada con Estilo de vida. “En última instancia, se trata de una disfunción de todas las barreras que tenemos para decirle a los microbios que no pueden crecer en determinados lugares”, continúa.
El bacteriasque luego se ubican en el intestino delgado, causan inflamación y síntomas como “hinchazón, diarrea, estreñimiento, dolor abdominal, malestar digestivo o pérdida de peso” se deben a múltiples factores. “No existe una causa única”, afirma Laura Pais, nutricionista y experta en el campo de la microbiota.
Ana García Iglesias Tenía SIBO hace un año. Quería contarnos su experiencia con la enfermedad, y asegura que fue bastante dura. “Siempre he tenido muchos problemas intestinales, pero hubo un momento en que de repente empeoró, me dolía mucho el estómago y tenía muchos gases”, cuenta. No tenía hambre, estaba más cansada de lo normal y todo le sentaba mal.
El dolor intestinal era tal que “no podía ni salir de casa”. Así, Ana decidió acudir al médico, aunque como estudiante de medicina sabe que los síntomas intestinales son muy amplios. “Te puede doler el estómago por mil cosas”, dice. “Encontré un médico que primero me dijo que me hiciera la prueba de SIBO y ya salió”. Era algo totalmente nuevo para ella, porque le diagnosticaban colon irritable.
Detrás del SIBO pueden ser desde un “toma recurrente de antibióticos” al estrés crónico y a la mala alimentación. “Es muy importante el tema del descanso, el ejercicio físico, el manejo del estrés y toda la parte emocional, tenemos que hacer algunos cambios para que con todo esto, y teniendo la microbiota lo más fuerte y estable posible, podamos continuar y que el SIBO no vuelve a aparecer”, afirma la nutricionista.
“Estaba tomando antibióticos durante diez días y después de los antibióticos sí noté el cambio, el dolor ya no era tanto”, dice Ana.
Diagnóstico difícil
Como dicen algunos usuarios a través de TikTok, el proceso de detectar SIBO no ha sido nada fácil. Desconocían por completo la enfermedad y muchos médicos le señalaron otras dolencias. Sin embargo, el prueba de lactulosa en aire exhalado resolvió el enigma. “Es una prueba de aire exhalado donde podemos ver la curva de formación de gas”, explica. Mariana Aróstegui.
La prueba consiste en ingerir una “solución acuosa como un azúcar que no podemos absorber” y luego “soplar en un tubo cada media hora durante tres horas”. “Entonces una máquina en el laboratorio nos dirá si hay crecimiento bacteriano o no“dice Laura País. La apuntar es “ver lo que sucede en el intestino delgado”.
¿Qué es la microbiota intestinal?
SIBO es una enfermedad directamente relacionada con un desequilibrio dentro de la microbiota intestinal. Este concepto incluye el “conjunto de microorganismos, ya sean bacterias, virus, hongos, que viven en nuestro intestino y nos ayudan a digerir los alimentos”, realizando “un montón de funciones metabólicas para nuestro beneficio”. Pero dentro de la microbiota pueden producirse “desequilibrios”. Cuando se produce un desequilibrio se produce lo que se conoce como “disbiosis intestinal”.
“Se ha visto que el alteraciones en la microbiota predispone a enfermedades como metabólico“Como diabetes u obesidad, enfermedades autoinmunes, inflamatorias, alergias e incluso neurológicas”, señala Pais. Muchos expertos, como esta nutricionista, creen que una dieta basada en alimentos naturales, no procesados, “puede ser un patrón protector para una microbiota sana”.
Él inadaptación Aparece cuando esas barreras fallan. Por ello, “será fundamental dotar de herramientas” al ser humano para inhibir “el crecimiento de microbios allí donde no tienen por qué crecer”. Pero el tratamiento del SIBO, la principal enfermedad de la microbiota, no es nada sencillo.
Cuidado con las dietas
Laura Pais advierte que las dietas muy fermentables “sólo sirven para aliviar” y “no curan nada por si solos”. “Hay mucha gente que cree que lo sigue, se le pasan las molestias digestivas y cree que todo está solucionado”, afirma.
Para limpiar las bacterias demasiado crecidas, la ciencia está encontrando nuevas alternativas con las que “reequilibrar” como “el uso de probióticos”. “Esto está muy en estudio, pero Es un camino prometedor“Continúa País.