Un error judicial zanja una violación de 2007 en Ourense con 5 años de cárcel


Ella, la víctima, doña Lola, tenía 78 años. Él, Xavier Antonio CG, su violador, de 21 años, cuando en la madrugada del 27 de julio de 2007 el agredida sexualmente durante varias horas en la casa donde vivía la mujer, en Avión. el agresor Incluso fumaba un cigarrillo en la cama.la única muestra con ADN que dejó.

Era detenido esa misma mañana mientras bebía un coñac en el bar del pueblo. Lola, a partir de ese día, no dejó de llorar, según cuenta su hija, Áurea Pastora Vázquez. Y odió por el resto de su vida todos los viernes (el día que pasó) y los cuchillos de cocina (el agresor la intimidó con uno). Era peluquera de profesión, educada -le gustaba leer-, completamente autónoma, aunque algo sorda, se convirtió en una mujer dependiente, asustada y muy triste.

El acusado fue puesto en prisión provisional hasta que un año y medio después la administración de justicia le sonrió. Portugal, su país de origen, le reclamó por un asunto judicial menor y la Audiencia Nacional acordó extraditarlo con la condición de que fuera devuelto a España para ser juzgado por robos en varias viviendas, previo al delito sexual, y la agresión.

Xavier Antonio, cuando fue detenido en julio de 2007.
Xavier Antonio, cuando fue detenido en julio de 2007.

La investigación en el Juzgado de Ribadavia ya había concluido y la Fiscalía ya había presentado su escrito de calificación provisional para que juzgue el Juzgado de Ourense. Total, Exigieron 22 años y tres meses de prisión para ese joven quien se coló en la casa de Lola con un cuchillo en la mano luego de que ella aceptara darle una habitación en un anexo de la casa porque en ese momento trabajaba como cortador de leña en ese municipio.

Xavier aprovechó que el tribunal portugués le dejó en libertad para escribir un espacio en blanco: Pasó por Ribadavia, pasó a Holanda y luego se instaló en Francia, donde se casó, tuvo dos hijos y trabajó como yesero. A mediados de septiembre de este año, 16 años después de haber cometido la violación, fue detenido durante un control rutinario cuando los agentes franceses se dieron cuenta de que tenía una orden de detención europea en vigor y de entrega a España. Ahora tiene 37 años.

la muerte de lola

Lola murió a las diez de la noche del 25 de enero de este mismo año en su domicilio familiar en Avión sin saber que en vísperas del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer se iba a celebrar el juicio y que la justicia volvería a sonreírle a su agresor. Ella admitió el delito y aceptó una pena de cuatro años por la agresión sexual y 18 meses por el robo con violencia: el denunciante le pagó 80 euros con un cuchillo de 16,5 centímetros en el cuello. El robo cometido en un bar y el hurto en una casa son gratuitos porque tienen prescrito. También deberá pagar 12.340 euros a las dos hijas del perjudicado, y el tribunal restará el tiempo que ya ha cumplido como medida preventiva.

El reducción de dos gradosSegún explicó la fiscal jefe, Eva Regueiro, que se reunió con la hija de la víctima para explicarle el acuerdo -el juicio fue a puerta cerrada-, se debió a la aplicación de una atenuante muy cualificada de dilaciones indebidas porque “Hubo un error judicial en Portugal”. En 2008, la Fiscalía pidió 15 años de prisión por la agresión sexual, con dos agravantes por ser víctima vulnerable por la diferencia de edad y el uso de armas. Regueiro también explicó que hoy le aplicaría la Ley del sólo sí significa sí porque “es la más favorable” al interno. El mismo delito oscila ahora entre 11 y 15 años de prisión y antes entre 13 y medio y 15 años.

“Su delito fue gravísimo; algo horrible y mi madre murió tristemente”.

Auréa Pastora Vázquez, una de las dos hijas de LolaLlegó al Pazo de Xustiza de Ourense a las ocho de la mañana en compañía de un primo que conducía desde Arcade (Pontevedra). Esperaba con ansias el juicio después de 16 años de espera. Cuando salió del tribunal a las doce de la mañana, se sintió muy decepcionada. “Ella tuvo que hacer mucho más porque el delito que cometió es muy grave y “Mi madre murió tristemente”., aseguró a las puertas del edificio de la Corte. Esperaba, admite, “al menos 15 años encerrado para saber lo que significa sufrir”. La hija cree que para entender lo que siente los jueces deberían ponerse en el papel de “hijos de una madre que fue violada”.

La familia incluso contó con un abogado e incluso contrató a un detective para saber dónde estaba el agresor, pero finalmente desistieron porque iba pasando el tiempo y no había resultados. Vázquez no deja de pensar en el infierno que tuvo que vivir su madre Ese 27 de julio hasta las seis de la mañana logró escapar con la excusa de que tenía que pedir cita con el médico. “Tenía el cuerpo cubierto de hematomas, el pecho negro y la rodilla hinchada porque la golpeó al entrar contra un banco de piedra”, relata. “No puedo perdonar algo así”, dice.

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