Traslada su propuesta de acuerdo económico al Gobierno durante el primer trimestre de 2024
Superada la investidura, asegurada la condonación de los 15.000 millones de deuda catalana y con la tramitación de la ley de amnistía ya en marcha, Pere Aragón comienza a presionar al Gobierno de pedro sánchez dotar a Cataluña de un modelo de financiación único que permita a la Generalitat recaudar el 100% de los impuestos.
Él presidente Este jueves ha encargado formalmente a su ministro de Economía diseñar la propuesta que se trasladará al Ejecutivo central y que debe basarse en un sistema que prevea la transferencia de todos los impuestos recaudados en Cataluña y que determine la cuota solidaria que se aportaría al Estado. una vez transferidos los poderes.
El modelo se diseñará en los próximos tres meses para presentarlo al Gobierno en la primera reunión de una nueva comisión bilateral con el Estado para abordar la mejora de la financiación de Cataluña. Comisión que, según el pacto de investidura entre ERC y el PSOE, deberá constituirse durante el primer trimestre de 2024.
Aragonés recupera así el enfoque de pacto fiscal con el que Artur Mas ganó las elecciones de 2010 y cuya implementación acabó requiriendo Mariano Rajoy en 2012, obteniendo la negativa del entonces presidente del Gobierno. Tras aquel portazo, Mas decidió poner en marcha el proceso independentista que desembocaría en la consulta del 9-N, celebrada en 2014, y el referéndum ilegal de 2017.
Ninguno de sus sucesores en el cargo –Carlos Puigdemont ni Quim Torra– Volvió a proponer la recaudación total de impuestos por parte de la Generalitat, por considerarla una vuelta a los postulados autonomistas, cuando la exigencia con la que se amenazaba al Estado era la secesión de Cataluña.
El compromiso actual del independentismo catalán es diferente. Tanto ERC como Junts pretenden combinar la negociación de un referéndum pactado con el Estado con la concesión de un sistema de concierto económico como el vasco o el navarro.
De hecho, Aragons hace este movimiento para anticiparse a la posconvergenteque en la primera reunión con el PSOE tras la investidura -que tendrá lugar antes de finales de noviembre, tendrá lugar en el extranjero para que pueda asistir Puigdemont y contará con la supervisión de un mediador internacional- también reclamarán el pacto fiscal a la Partido de gobierno.
La competencia entre ERC y Junts, que ya quedó patente durante la negociación de los pactos de investidura, promete multiplicarse a lo largo de la legislatura. Las dos grandes fuerzas separatistas catalanas abordarán la celebración del referéndum y la financiación exclusiva en hasta cuatro mesas de negociación: ERC acordó continuar con la mesa sobre el “conflicto” entre el Gobierno y la Generalitat que ya existía y añadir otra entre partidos , que también discuten la “autodeterminación” e involucran a un mediador. A estos se sumará el que aborda exclusivamente la financiación. Junts, por su parte, sólo está dispuesto a negociar en su propia mesa con el PSOE como único interlocutor y con un ponente extranjero que actúe como notario de los acuerdos alcanzados.
ERC ha perdido la exclusividad de la negociación con el Govern y teme que Junts capitalice los posibles acuerdos sobre la celebración de un referéndum pactado con el Estado y vinculante, como ya hizo con la amnistía, que redefine a su antojo tras haber sido previamente acordado con los republicanos.
Para intentar enmendar esa situación, Aragons invitó este lunes a Junts a sumarse a la mesa de negociación sobre el conflicto, que viene funcionando en los últimos años. Lejos de aceptar, los herederos de Convergncia negaron haber recibido una invitación formal para sumarse al foro y por ello declinaron participar en el mismo.
Junts alega que su diálogo secreto con el PSOE es la única manera de que avance la negociación y trata así de desprestigiar la que se está llevando a cabo entre ERC y los socialistas. El partido liderado por Puigdemont necesita justificar ante su electorado su cambio de rumbo tras pasar los últimos cuatro años criticando a los republicanos por negociar con Sánchez.