Elisa, única superviviente de hermanos importantes y conocidos en la vida ciudadana: Antonio, Pepe, Jaime, con arraigo señorial en la Baixa Limia donde estaban vinculados los Tejada, era aquella mujer discreta, hija de un secretario del ayuntamiento y maestra nacional, nacida en tierras de Lovios cuando ahora Lobios, que tras la adolescencia, siendo la menor de su promoción, con 16 años aprobaría un puesto en la Hacienda Pública que la trasladó a Pontevedra donde conoció a Manuel, de aquella saga de Corbales, muy vinculado y notable en la ciudad de Lérez. ; Aquí se casaría, constituyendo a partir de entonces una pareja inseparable; Luego, fijaron su residencia en nuestra ciudad, al igual que el ya residente, su cuñado, el insigne pintor José Conde Corbal. Antes de hacer de Ourense tu hogar, Manolo Conde Corbal es licenciado en Medicina, especialidad en Traumatología; De Pontevedra llegarían, como se decía, a Ourense, donde ya tenían en mente montar su propio sanatorio del que ella era impulsora y gestora, alternando con sus funciones de madre de cinco hijos, luego abuela de 13 y bisabuela de muchos otros, y luego, antes de jubilarse, regresar a la delegación de Hacienda donde se la recuerda como esa mujer atenta, competente, amable, paciente. Elisa lo fue todo para el Dr. Conde Corbal del cual fue inseparable y compañero en cada viaje que emprendió el traumatólogo, donde disertó frecuentemente en congresos médicos de la especialidad.
Si dar a la familia lo fuera todo, la pareja hizo gala de una singular exquisitez que era otra de sus virtudes. Conocía a la pareja, y más cuando estaban en el proceso de venta de una propiedad en Castadón donde hoy está el colegio Guillelme Brown, cuando acompañamos como introductores a un par de amigos interesados en la compra; La finca ya había cumplido la función de recreación y deporte de los niños, quienes a partir de la adolescencia la frecuentaban menos y la dejaban sin otro propósito que el de acudir a sus padres cuando se construyera la cancha de tenis y el gimnasio para sus hijos. chalet. Elisa y Manolo nos recibieron como unos anfitriones delicados. que más que vendedores parecían compradores, bajando el precio además de aumentar los plazos de la venta. Era un conocimiento directo de horas en las que se invitaba a los invitados como si fueran amigos de toda la vida, sin otra animadversión vendedi que la de agasajar como si hubiera más invitados que compradores potenciales. Mis compañeros no dejaron de sorprenderse por el grato encuentro, que si bien eran familias conocidas, para mí tuvieron poco contacto. Luego hubo puntos en común que hicieron de la conversación un distensión alejado de cualquier trato comercial, y fue como si termináramos hablando de todo menos del objeto del encuentro. Ésta fue la esencia, educación y exquisitez de esta pareja única.
Cuando el Dr. Conde Corbal asumió la dirección del servicio de Traumatología de la entonces Residencia de Salud, Elisa se dedicó más de lleno a la educación de sus hijos.: Manolo, Santy, Moncho, M.ª Elisa, Luis
Rodeada de su familia en su morada familiar, Elisa iba desapareciendo en nuestro amor de quienes nunca la abandonaron, firmes en sus convicciones cristianas, según las cuales los fieles y puros de corazón alcanzarán la gloria eterna.
Si existiera, sería una de las elegidas.