Israel y Hamás respetan los términos del acuerdo



Yoni Katz llevaba 50 días soñando con este momento: Abraza a su esposa y a sus dos hijas tras su cautiverio por Hamás. desde el pasado 7 de octubre. Una experiencia que tampoco olvidará Ohad, de nueve años, a quien ayer vimos ser subido a un vehículo por uno de sus secuestradores. Horas más tarde, el pequeño se fundió en un fuerte abrazo con su padre en el Hospital Infantil Schneider. El niño ha sido puesto en libertad junto con su madre y su abuela. También resulta emotiva la imagen de Amelia, de apenas seis años, y las instantáneas de Yaffa, de 85 años, rodeada de sus seres queridos. La anciana fue secuestrada ese día en un carrito de golf rodeada de radicales.

Mujeres y niños han sido liberados por ambos bandos.

Estos lanzamientos regresan algo de esperanza para Israel tras el peor atentado terrorista de su historia. “Estamos en shock, pero dada la situación estoy contento”, afirma Nitzak. “Espero que el alto el fuego no dure demasiado, ya que tenemos que terminar el trabajo”, dice Lenny.

La opinión pública israelí exige a su gobierno que devuelva vivos a todos los rehenes

Sentimientos encontrados también hacia los 39 palestinos liberados por Israel y sus familias. Es el caso de Fátima, detenida tras un intento de apuñalamiento y que ha sido recibida por cientos de personas en Jenín, Cisjordania. “No hay nada comparable a esta alegría… ella creía que moriría antes de volver a ver a mi hija”, exclama su madre.

Alegría por reencuentros como éste que contrasta con la desolación que vive Gaza. Estos días servirán para recibir un poco más de comida, sí, pero también para presenciar la destrucción que seguramente continuará cuando acabe esta breve tregua. En los territorios palestinos se mezclaba un sentimiento de alivio y desolación.

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