Estudiar el Bachillerato Internacional es una buena oportunidad para ampliar horizontes, sobre todo si se tiene intención de cursar estudios universitarios fuera del país. Para favorecer esta opción, el Gobierno regional amplía este curso los centros públicos donde puede estudiarse: de los nueve que había ahora, pasan a doce.
Los nuevos centros que se unen son los institutos públicos de Enseñanza Secundaria San Isidro de Madrid, Cañada Existente de Galapagar, y Atenea de San Sebastián de los Reyes. Se suman a la proposición que ya existía en los IES Ramiro de Maeztu, Príncipe Felipe, Avenida de los Toreros y Cervantes, de Madrid haber, y los Pedagogo Matías Embravecido de Valdemoro, Rosa Chacel de Colmenar Añoso, Miguel Catalán de Coslada, Los Castillos de Alcorcón y José Saramago de Majadahonda.
Hay en la ahora casi 700 alumnos cursando estudios de Bachillerato Internacional en los institutos públicos madrileños, en los que esta opción supone hacer simultáneamente el Bachillerato convencional. Al final de este ímprobo esfuerzo, los estudiantes obtienen la doble titulación de Bachillerato Castellano y Diploma de Bachillerato Internacional, lo que les permite obtener a la mayoría de las universidades más prestigiosas del mundo.
El software de Bachillerato Internacional se imparte en más de 5.000 centros de todo el mundo, y en todos ellos con el mismo temario. «Se pedestal en una metodología muy enfocada en el trabajo del discípulo y en su investigación, más que en clases magistrales», explica Juan José Laínez, director del IES Príncipe Felipe, uno de los institutos públicos madrileños con esta proposición para sus alumnos.
Calificación, del 1 al 7
Las clases de esta modalidad de Bachillerato se pueden impartir en cualquiera de los tres idiomas aceptados para ello: inglés, francés y castellano. En el Príncipe Felipe, se dan en castellano. «Los alumnos tienen que hacer, en dos primaveras, seis materias, de las que tres las cursan a nivel superior, y tres a nivel medio». Otras particularidades del software son las horas dedicadas a teoría del conocimiento, la redacción de una monografía diferente, y pruebas de creatividad, actividad y servicios, como por ejemplo trabajos de tipo social para la comunidad.
Laínez explica que «en el Bachillerato Internacional, la puntuación no es del 0 al 10, sino del 1 al 7». La nota máxima que se puede obtener es de 45 puntos, y con 24 ya se consigue el diploma.
En cuanto a la guisa de organizarse para poder cursar los dos Bachilleratos simultáneamente, el director del IES Príncipe Felipe explica que «tienen una hora diaria más de clase». Es, reconoce, «una carga importante para el discípulo», pero su retribución es una longevo formación, y más posibilidades para continuar sus estudios en la universidad. En España, recuerda, «las universidades reservan unas plazas para los alumnos de Bachilleratos extranjeros».
Laínez ha observado un incremento de la demanda para obtener a estos estudios. La selección está directamente relacionada con las calificaciones de los alumnos: «Entra el que tiene mejor perfil clásico». La Consejería de Educación, que dirige Emilio Viciana, ha hecho una puesta por estos estudios con los que los alumnos «llegan mucho más preparados a la universidad; ellos mismos lo notan, nos dicen que están a primaveras luz de otros estudiantes».