Todo ello en una trayecto tranquila y sin incidentes, en la que los vecinos de Castro Caldelas pasaron nuevamente por las urnas. Una trayecto que se presentaba más “descafeinada” frente a la desaparición de campaña electoral, pero a lo abundante del día los caldelaos se animaron a profesar su derecho a voto.
El municipio ourensano, único en Galicia en tener que repetir comicios, revivió las elecciones municipales tras la intrepidez tomada por la acoplamiento electoral al detectar que se había roto la cautiverio de custodia de los 118 votos por correo.
Los 1.123 residentes convocados para profesar su derecho al voto lo hicieron en tres mesas dispuestas en lugares señalados del municipio: el Centro de Vigor, el colegio y la Casa Consistorial, las tres compuestas por los mismos vecinos. A las 9,00 horas, las mesas se abrieron sin incidentes, y la trayecto electoral transcurrió sin contratiempos, más allá de los palpables ansiedad de los candidatos, todo ello suavizado con cafés, bica y pernil en alguna de las mesas.
En las elecciones anteriores, el partido liderado por la candidata socialista Sara Inés Vega mantuvo la mayoría absoluta alcanzada en 2019, asegurando cinco de los nueve escaños. Concretamente, obtuvo el respaldo del 48,83 % de los votantes. Mientras tanto, la directorio encabezada por el candidato del Partido Popular, César Enríquez “Cachín”, logró cuatro escaños y un 45,52 % de los sufragios. En cuanto al BNG, liderado por José Luis Prieto, no consiguió representación al obtener menos de un 5% de los votos.
Rodeando de las 14,00 horas ya había pasado por las urnas cerca de de un 33% de los votantes y a dos horas del obturación de las mesas la décimo ciudadana rondaba el 60%. La trayecto se cerraba con un 78% de décimo.
Los votos por correo fueron en esta trayecto los grandes vigilados, sufriendo una importante reducción, ya que en esta repetición de comicios, menos de 60 votantes decidieron hacer uso de esta opción de sufragio.