«Pregunto y solo me dicen que espere»


Ronan, Elizabeth y su hija Antonella aterrizaron en Madrid a primera hora de la mañana de este lunes, cargando cinco maletas desde Colombia. Su primera encuentro al otro banda del Atlántico se ha torcido rápido. Los tres esperan en una sala de la época de Atocha a que salga el tren en torno a Jaén. «Hemos llegado, no sabíamos qué estaba pasando y nos han donado nuevos billetes», explica Elizabeth, mientras Ronan enseña los recibos. La hora auténtico, la 1 del mediodía, se retrasa hasta las 17.23 de la tarde. Su hija pequeña, tumbada entre el equipaje, juega con el móvil, ajena a la preocupación de sus padres. Como recién llegados, cualquier incidencia, cualquier obstáculo a su destino final es angustioso. Aunque la yerro sea de una avería en un punto secreto de la red ferroviaria madrileña, que se produjo mientras la grupo volaba y que aún no se ha resuelto.

El descarrilamiento de un tren Intercity este domingo por la tenebrosidad, entre las estaciones de Atocha y Recoletos, ha colapsado el servicio de varias líneas de Cercanías y trenes de media y larga distancia. El tramo afectado es el conocido como ‘túnel de la risa’, el corredor de Recoletos, que conecta Atocha con la parada de Recoletos, Nuevos Ministerios y Chamartín. El obstrucción de estos epicentros de la movilidad hasta que se resuelva la avería ha provocado demoras a lo prolongado de toda la mañana. Renfe, el cámara ferroviario, ha recomendado a los viajeros utilizar medios de transporte alternativos, pero a muchos les ha pillado por sorpresa.

En uno de los vestíbulos de Atocha, el de entrada a la red de Cercanías, un pipiolo miraba la gran pantalla una y otra vez. La medio del carta ferroviario y sus coloridas líneas estaban apagados. El vallado del túnel de Recoletos ha interrumpido el servicio de la C1, C2 y C4 desde Atocha y ha sofocado los itinerarios de la C7, C9 y C10. El pipiolo que estudia el carta se da cuenta tarde. «Salgo desde Chamartín a Valencia, ¡voy a tener que ir por superficie!», dice, y se marcha al trote con su maleta.

En los mostradores de información y atención al cliente de Atocha hay posaderas. Un pipiolo con mochila se acerca a uno de los empleados, sofocado. «Vengo desde Getafe central y llevo desde las 11 de un sitio para otro», explica a toda prisa. Son las 12 horas. El empleado le señala adónde tiene que dirigirse y él se va corriendo, posteriormente de espetar: «No es la primera vez, ¡siempre pasa poco!».


La pantalla informativa de Renfe Cercanías, con medio carta desanimado por la avería, este lunes por la mañana


GUILLERMO NAVARRO

El altavoz del vestíbulo principal de Cercanías escupe instrucciones y detalles de los servicios afectados por la avería, que siempre terminan con la misma frase: «Disculpen las molestias». Incluso recuerdan el uso de otros transportes, sin requisa, la primera alternativa de la mayoría, el Medida, siquiera es una opción. La época de Atocha del suburbano, que pertenece a la ruta 1, está cerrada hasta nuevo aviso por obras de ampliación que han requerido el desmontaje del monumento a las víctimas del 11-M. a

Rutas alternativas

Antaño de que amaneciera, Renfe ha informado a través de X (antiguamente Twitter) de que los trenes procedentes del aeropuerto de Barajas solo circulan hasta Nuevos Ministerios, los del Pasillo Verde hasta Atocha y los de Príncipe Pío en torno a Chamartín inician el servicio en Pitis. Para ascender a Chamartín, los viajeros podrán coger un tren entre Atocha y Nuevos Ministerios cada 15 minutos y, en Nuevos Ministerios, subirse a la C4 con destino a Chamartín. Incluso hay un servicio específico que parte desde Nuevos Ministerios hasta el aeropuerto. Respecto a los trenes de media y larga distancia, Renfe ha establecido un plan periódico para las conexiones con Alcázar de San Juan, Jaén, Almería y Extremadura. Sin requisa, estos cambios no solucionan todos los casos. Siquiera los retrasos.

Gabriela aguarda su turno en una de las colas para solicitar información. Vuelve a casa en Cercanías desde Alcalá de Henares, por trabajo, con una maletita. Su tren a Príncipe Pío tardará unos 40 minutos en salir, posteriormente de «otros tantos» que ha esperado en el municipio al ártico de Madrid. «Ha sido mi error, porque debería suceder seguido hasta Príncipe Pío, pero me he bajado en Atocha para coger el Medida. Y está cerrado», reconoce. Pretende que le cambien el billete, posteriormente de apañarse ayuda aquí y allá: «He preguntado y solo me dicen una cosa: que espere, que espere».



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