Estos investigadores descubrieron que RBM10 se asocia con dos proteínas ribosómicas (RPL5 y RPL11) para desestabilizar c-Myc e impedir la propagación del cáncer de pulmón. “Descubrimos que RBM10 puede apuntar directamente a c-Myc para su degradación y estrechar sus pertenencias cancerígenos al unirse con RPL5 y RPL11″, explica uno de los investigadores.
El proceso
Para entender cómo puede funcionar el proceso para detener la progresión del cáncer de pulmón, imaginemos dos fábricas en una célula, cada una de las cuales fabrique piezas para ensamblarlas en nuevas maquinarias de proteínas; c-Myc desempeña un papel habitual en este proceso de producción de proteínas y los humanos no podrían residir sin él.
La investigación incluso ha descubierto que una forma mutante de RBM10 que se encuentra a menudo en los cánceres de pulmón pierde la capacidad de suprimir c-Myc, no se une a las proteínas ribosómicas RPL5 y RPL11 y, finalmente, promueve el crecimiento tumoral en oportunidad de suprimirlo. «RBM10 es una proteína importante que puede suprimir las células cancerosas, pero cuando un cáncer quiere desarrollarse, mutará RBM10 y bloqueará esa función», señala uno de los miembros del equipo, que añade que podrán diseñar una molécula que se dirija al mutante, ya que se alcahuetería de una estructura peculiar que no existe en el tejido común.