La corporación estadounidense Brewster, un centro de pompa sito en un edificio histórico de la renta, deberá solicitar la pertinente atrevimiento para continuar las clases luego de que el pleno del Consistorio de Madrid haya consentido este lunes el Plan Singular que regula su situación urbanística. Sobre este colegio privado pende una orden de precinto, que deberá ser efectiva el próximo 11 de diciembre, y no podrá retomar la actividad hasta que cuente con el permiso municipal.
El Plan Singular para el inmueble de los números 3 y 5 de la calle Eloy Gonzalo, en el distrito de Chamberí, ha saliente delante con los votos de PP y Vox y con la izquierda en contra, que ha imputado al Gobierno de promover un «chanchullete», en palabras del concejal de Más Madrid Álvaro Fernández Heredia. «El día 11, si el colegio no cesa su actividad, la Policía Municipal procederá a cerrar el centro escolar», ha asegurado el delegado de Urbanística, Medio Concurrencia y Movilidad, Borja Carabante (PP), frente a las reticencias de la concurso.
El Plan Singular ha conseguido el conocido bueno del pleno de Cibeles con los votos de PP y Vox y el rechazo de PSOE y Más Madrid. El socialista Antonio Giraldo ha calificado de «vergüenza» el expediente porque «viene a regularizar una situación de ilegalidad». El munícipe de Más Madrid Álvaro Fernández Heredia ha imputado al Gobierno de José Luis Martínez-Almeida de «meter las zarpas políticas».
La corporación Brewster abrió sus puertas el mes de septiembre, tras acometer una serie de reformas y habiendo presentado una afirmación responsable. El documento manifestaba la «implantación de actividad docente acompañado de esquema de ejecución para la rehabilitación del infraestructura privado en el conjunto edificatorio del Instituto Homeopático de San José y el palacete del Marqués de los Salados, números 3 y 5 de la calle Eloy Gonzalo». La afirmación responsable es un documento urbanístico que ahorra los trámites más largos de la atrevimiento, pero en este caso resultó ser ineficaz. Por un costado, porque el plan urbanístico consentido este lunes se encontraba todavía en tramitación y, sobre todo, porque este inmueble de Chamberí está obvio BIC (Aceptablemente de Interés Cultural) desde 1997.
El pasado 18 de octubre, el Consistorio de Madrid ordenó el cese de actividad del colegio. Un mes luego, dictó orden de precinto. El nuevo expediente permite «la regularización del uso de ese edificio como dotacional educativo», para que pueda desempeñar su actividad docente, ha explicado Carabante, pero de momento no dispone de la atrevimiento administrativa. «Si lo que tienen ayer del 11 de diciembre es la autorización para soportar a punta las obras y la actividad, entonces se levantará la orden de precinto», ha zanjado el concejal.
Es complicado que el colegio Brewster obtenga el permiso ayer de la vencimiento señalada. Este tipo de autorizaciones pueden alargarse varios meses. Aun así, Carabante ha recordado que el centro tiene la opción de aparecer a los tribunales: «Tiene una alternativa, que es solicitar medidas cautelares frente a su orden de precinto y que, en este caso, el magistrado las estime».