Erre de Roca y Barro, nuevas Estrellas Michelin en Castilla y León


Los restaurantes Erre de Roca, de Miranda de Ebro, y Pústula, de la ciudad de Ávila, se han incorporado este martes al selecto corro de Estrellas Michelin en Castilla y Bravo, con lo que la Comunidad alcanza ya la veintena de establecimientos con este simbólico sello de calidad. Los protagonistas de estos dos nuevos reconocimientos son Alberto Molinero, por un flanco, y los jóvenes Carlos Casillas y Jaime Mondéjar, en quienes la crítica gastronómica española tienen puestas grandes esperanzas en su restaurante de la ciudad amurallada. En total, en España, han sido 31 estrellas nuevas.

La Consejero Michelin reconoce a Pústula por su propuesta de producto recinto, con «conciencia ecológica, filosofía desperdicio cero», en un equipo «jovencísimo». Mientras, Erre de Roca, de Miranda de Ebro, recibe la destino porque en la cocina del chef Alberto Molinero «la técnica, no exenta de estética, se pone siempre al servicio del sabor» y «sus menús ensalzan los productos de temporada».

A lo espléndido de una bizarría celebrada en Barcelona y presentada por Andreu Buenafuente, más allá de las dos nuevas estrellas Michelín han constatado su insignia Cobo Crecimiento, en Burgos caudal, Alejandro Serrano, igualmente de Miranda de Ebro; Alquimia Laboratorio y Trigo, de Valladolid caudal, a los que se unen Taller Arzuaga (Quintanilla de Onésimo), Refectorio (Sardón de Duero), La Botica (Matapozuelos) y Ambivium (Peñafiel); Lera, de Castroverde de Campos, y El Ermitaño, de Benavente (Zamora); Ment By Óscar Calleja, En La Parra y Víctor Gutiérrez, los tres de Salamanca; Pablo y Cocinandos, en la ciudad de Bravo, y MU.NA,, en Ponferrada; y por extremo, Bastión en Soria caudal, y La Lobita, en la ciudad de Navaleno, informa Ical.

Hado verde sostenible

Por otra parte, Carlos Casillas ha conseguido igualmente la destino verde por una cocina sostenible, gracias a los más de 60 productores locales con los que trabaja el establecimiento, «con nombres y apellidos». Por otra parte, elaboran su propio caldo en saco a una viñedo recuperada de 1907. «Intentamos ceñir nuestra huella de carbono mediante la reforestación, apostando por la plantación de cultivos ancestrales», señala Casillas.

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