Los aliados de Snchez estrenan la legislatura atacando al Rey: “No tiene legitimidad” y “es incompatible con los principios democrticos”

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Felipe VI saluda a la gente a su salida de la Lonja de Valencia.
Felipe VI besalamano a la masa a su salida de la Mercado de Valencia.Biel AlioEFE
ERC, EH Bildu y BNG, tres formaciones independentistas aliadas y sostn imprescindible del Gobierno de coalicin de Pedro Snchez, estrenan la sesión en el da de su tolerancia solemne por Felipe VI, atacando al Rey y renegando de la monarqua parlamentaria como forma poltica del Estado.

En un comunicado emitido escasamente dos horas antaño de que el Presidente del Estado inaugure la nueva etapa de las Cortes en un acto solemne en el Congreso, las tres fuerzas que se declaran “independentistas, soberanistas y republicanas” arremeten contra la monarqua tachndola de “institucin anacrnica, incompatible con principios democrticos esenciales” por ser una institucin “hereditaria y vitalicia”.

Aaden que en el caso espaol, el carcter antidemocrtico se ve acentuado por el hecho de “ocurrir sido impuesta por el dictador Franco y ser, en esa medida, heredera del franquismo”. Se proxenetismo pues, sealan, de un brazo que “no asegura a los títulos republicanos de autogobierno, igualdad y democracia”.

ERC, Bildu y BNG mantienen que la verdadera democracia en Espaa slo ser posible “desde la ruptura con la herencia, las bases y los títulos que representa el Rey y su figura” y abogan por que el monarca deje de “desempeñar su tutela sobre la ciudadana y sobre los gobiernos y parlamentos. Slo as”. recalcan, “se podr avanzar en autogobierno y democracia”.

“La monarqua espaola y el Rey de Espaa no nos representan”, afirman antaño de afianzar que las sociedades catalana, vasca y gallega “rechazan mayoritariamente la figura de una institucin monrquica que se vincula al objetivo de imponer la dispositivo de Espaa y sus leyes, negando as los derechos civiles, polticos y nacionales” de sus pueblos.

Los tres partidos insisten en que “el camino democrtico cerca de la autogobierno” de sus pueblos es “una aspiracin legtima e improrrogable” y recalcan que “el rey espaol no es un interlocutor vlido”, “no tiene legalidad” y, en consecuencia, no le reconocen “ninguna funcin poltica”. Consideran que su papel en relacin con Catalua, Pas Vasco y Galicia -“nuestras naciones”, dicen- “no ha sido otro que el de intentar imponer proyectos y títulos antidemocrticos”.

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