búhos cada 15 minutos los fines de semana, una línea circular y 57 buses más


La red arrancó el 1 de octubre de 1974 para camareros, panaderos, enfermeras, churreros, ‘vedettes’. Entonces se llamaba Circuito Noctívago, pero pronto los madrileños bautizaron esos faros brillantes en medio de la tenebrosidad como ‘búhobuses’. Al principio, solo había 11 líneas que conectaban los puntos neurálgicos de Madrid (Callao, Sol y Cibeles), con las zonas periféricas en expansión, como Hortaleza, el pueblo de Vallecas o San Cristóbal de los Ángeles. El trayecto costaba 15 pesetas y, según las crónicas de la época, unas 80.000 personas viajaban en los ‘búhobuses’. Cuatro décadas más tarde, luego de una larga cambio, el servicio vuelve a ampliarse.

El corregidor, José Luis Martínez-Almeida, presentará este miércoles al atardecer las novedades, que prometió hace meses en campaña electoral. Un vídeo promocional de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) ya avisa: «La tenebrosidad es nuestra». En cifras generales, el servicio noctívago contará con un 39% más de autobuses durante los fines de semana y casi 58 kilómetros de ruta adicionales. La reestructuración se acometerá esta misma tenebrosidad.


Planisferio facilitado por el Cabildo de Madrid que muestra los nuevos itinerarios


AYUNTAMIENTO DE MADRID

Esto es lo que supone: los buses pasarán cada 15 minutos los fines de semana (a partir de este viernes, 1 de diciembre), habrá una nueva camino circular para los noctámbulos y ocho búhos ampliarán su repaso. Para cumplir con esa frecuencia del cuarto de hora los fines de semana, la flota nocturna de la EMT se incrementará desde los 148 autobuses actuales a 205 vehículos. Hasta ahora, el 57% de los búhos pasa cada 20 minutos; el 35%, cada 15 minutos y dos líneas, la N27 y la N28, tienen un intervalo de 35 minutos.

Una circular entre Cuatro Caminos y Atocha

La nueva camino circular nocturna que ha diseñado la EMT -la empresa pública depende del Radio de Urbanística, Medio Esfera y Movilidad- discurrirá por un itinerario parecido a sus homólogos diurnas C1 y C2. Con una modificación: la colchoneta sur se ubicará en Atocha, en circunstancia de la tradicional parada en Embajadores, y la segunda colchoneta partirá de Cuatro Caminos. La frecuencia de paso de este trayecto de casi 36 kilómetros será de 35 minutos en días laborables y 15 minutos en fin de semana. Es un búho peculiar, porque conectará con todas las líneas nocturnas.

La red ya existente todavía sufrirá algunos cambios. Ocho líneas (la N3, N4, N8, N11, N15, N18, N22 y N28) prolongarán sus itinerarios «para poder atender mejor a determinados núcleos residenciales que están creciendo y precisan unas mejores conexiones de transporte noctívago».

Hasta ahora, Madrid había extendido sus búhos por la metrópoli a lo amplio de 28 líneas, a las que ahora se añadirán las circulares NC1 y NC2. La haber es la ciudad española con longevo número de rutas nocturnas, seguida de Valencia, con 23, y Barcelona, con 20. A lo amplio de 2022, la red nocturna madrileña transportó 4.865.257 viajeros y acumuló un total de 451.558 kilómetros en todo el año, siendo las líneas más «fuertes», según el consistorio, la N21 (Cibeles-Lacoma), la N5 (Cibeles-Ciudad Pegaso) y la N18 (Cibeles-Aluche).

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