Tres legislaturas de debate, desencuentros entre PSPV, Compromís y Unides Podem y negociaciones hasta altas horas de la amanecer para conseguir una tasa turística «voluntaria y municipalista», quedarán en balde este jueves cuando las Cortes Valencianas vote el fin a «un impuesto que no ha existido» con la moral del decreto del Consell que lo deroga.
Y es que el Consell de PP y Vox culminará la derogación de la ley de la tasa turística, que no ha llegado a entrar en vigor oportuno a la moratoria de un año con la que se aprobó. El síndic del PP en Les Corts, Miguel Barrachina, ha encuadrado este decreto en el fin al «averno fiscal» en el que considera que el Botànic sumió a la ComunidadValenciana.
El portavoz adjunto de Vox Joaquín Alés ha anunciado el apoyo de su corro a esta medida. Ha considerado que la aprobación de la tasa turística fue una «osadía inoportuna», en medio de una «inflación fulminante».
El paso que se dará en la votación de este jueves supondrá el «entierro» de esta tasa, que costó siete primaveras de aprobar y que se debatió en prácticamente todos los presupuestos del Botànic. Finalmente, hace ahora un año, el PSPV-PSOE, Compromís y Unides Podem -este zaguero partido ya sin representación parlamentaria- dieron luz verde a esta medida entre aplausos de la bancada de la izquierda a los que no se sumó el entonces presidente, Ximo Puig.
Su sucesor, Carlos Mazón, ha hecho bandera de la exterminio de este tributo. De hecho, llevó la notificación a la feria de turismo de Londres, a la World Travel Market, donde se anunció a la Comunidad Valenciana como un destino «tax free».
Esta promoción ha sido el arpón que ha utilizado la portavoz adjunta del PSPV-PSOE, María José Salvador, para murmurar al Gobierno. Ha considerado que fue «lamentable, ridícula y obscena» y les ha destacado de «politizar la tasa turística» con una «hiperbolización» de la medida.
Por su parte, Aitana Mas (Compromís) ha criticado que el PP se vanaglorie de «eliminar poco que no ha entrado en vigor» y ha ironizado con que «no va nadie a París, Viena, Venecia, Barcelona o Baleares» oportuno a este impuesto. «Hay muchísimas ciudades en todo el mundo que la tienen y no les ha supuesto ningún problema», ha aseverado la portavoz adjunta de la coalición.