Con cinco minutos de retraso sobre el horario previsto a la hora de poner en marcha desde la época madrileña de Chamartín, vigésimo abriles luego de iniciarse las obras y casi un decenio más tarde de las previsiones iniciales, el que está llamado a ser el primer tren veloz que llegue a Asturias ha completado su trazado. Un día de «emocionante«, como ha destacado el nuevo ministro de Transportes, Óscar Puente, pero incluso de lamentos.
Y no sólo por el retraso de esta magna obra de ingeniería, sino porque el oradar la roca para excluir la Cordillera Cantábrica mediante la conocida como Reforma de Pajares deja tras de sí daños medioambientales «irreparables», como los que sufren los acuíferos en la provincia de Bravo, que ahora vierten decenas de litros por segundo cerca de la punto de vista astuirana «con pérdidas para la biodiversidad, la riqueza, la hato y el región del septentrión de la provincia».
Aún así, la Cadena de Ingreso Velocidad Madrid-Asturias supone un «importante» avance en los tiempos del delirio, acortando en más de una hora lo que se tarda en completar ese trayecto y incluso cortadura en en 37 kilómetros el flamante de trazado por el puerto de Pajares y que data del siglo XIX, a pequeño nivel con lo que significa de cara el invierno en una zona de montaña y rebajando irresoluto.
El avance lo ha podido comprobar el Rey en el delirio inaugural que ha partido de Madrid y, tras una parada en Bravo, ha arribado a Oviedo. En el amplia comitiva oficial de una infraestructura que lleva en su historia escrito el nombre de varios gobiernos y ministros, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y los de la Asamblea de Castilla y Bravo, Alfonso Fernández Mañueco, y el del Principado de Asturias, Adrián Barboso.
Una obra «necesaria para la vertebración» de Castilla y Bravo y de todo el noroeste de España, según ha destacado Mañueco, quien ha valorado que supondrá un avance en «competitividad, vertebración, oportunidades y progreso sostenible».
«Una obra de titanes», como ha definido Barboso a una infraestructura que ha más que duplicado su presupuesto original, hasta los 4.000 millones de euros para 50 kilómetros, con doce túneles -entre ellos los 25 de Pajares- y 10 viaductos. Con doble vía electrificada, permitirá tanto el transporte de viajeros -a partir de este jueves- como de mercancías. Reduce en más de una hora el tiempo de delirio entre Madrid y Asturias.