Si perfectamente hay que destacar que no todas las obras construidas en Ourense están elaboradas por estudios arquitectónicos ourensanos y que no todas las edificaciones de fuera de la provincia están diseñadas por arquitectos locales.
Hotel Acouga, Celanova
Los arquitectos Candelaria Cecilia López Muíños y Juan José Otero Vázquez, son los responsables de la primera figuración ourensana en los Gran de Area de este 2023.
De entre los 13 edificios premiados, el Hotel Acouga de Celanova, situado en la rúa Emilia Pardo Bazán, se encuentra en el puesto número dos. Diseñado por el estudio MOL Cimentación, en la rúa da Liberdade de la calle Ourense, este estudio apostó por prolongar la esencia del antiguo hotel, pues el tesina consistía en una reforma.
Persiguiendo el consistencia de los medios tradicionales y el empleo de las adaptaciones modernas para una viejo capacidad estructural y energética, los arquitectos priorizaron el uso de la madera y de materiales ecológicos con huella de carbono negativa.
Según el magistratura del premio, en este tesina “se premia el prueba de rehabilitación minuciosa y respetuosa con el edificio diferente que logra un más que adecuado consistencia entre los materiales tradicionales y el empleo de sistemas constructivos actuales en un entorno de gran valencia histórico”.
Casa en San Vitoiro, Allariz
En el puesto número 6, los arquitectos Juan Seara Ouro y Berta Peleteiro Varela, de Seara Peleiteiro Arquitectos, que se encuentra en la rúa Casalomberte de Allariz, optaron por un diseño especialmente particular para esta casa en San Vitoiro, en Allariz. Con una planta en forma de Y.
Esta vivienda, encargada por dos amantes del deporte, del contacto con la naturaleza y de la vida sencilla, hizo que a Juan y a Berta se les ocurriese este tesina en el que se expande el ámbito doméstico más allá de los muros que cierran la vivienda. Esto lo consiguieron articulando lo imprescindible y, como ellos afirman, “huyendo de los típicos ‘por si azar’ que tienden a dar como resultado viviendas sobredimensionadas e infrautilizadas”.
La vivienda, que consta de tres módulos de 7×4 metros, permite “abrazar” los árboles que se encuentran en las proximidades, ofreciendo así unas vistas abiertas y lejanas, lo que aprovecha todas las orientaciones que ofrece este particular plano, eso sí, respetando siempre los accesos peatonales y rodados.
En el caso de esta vivienda, el magistratura consideró que “se premia esta propuesta de diseño basada en la prefabricación y la integración en el medio natural, contenida en dimensiones y presupuesto, la propuesta se apoya en la geometría y el uso de la madera para pasar sus límites físicos y apropiarse de la naturaleza que la rodea.
Horno de San Andrés de Camporredondo
La remodelación del horno de San Andrés, que se encuentra en el museo del morapio de San Andrés de Camporredondo, en Ribadavia, ocupa el puesto número 12. Este tesina, realizado por Manuel Seoane Feijoo y María Sonia López Pelado, consistía en la puesta a punto de esta característica obra de tanta tradición para el sector vitivinicultor gallego.
La edificación diferente, con cualidades de la construcción solariego del siglo XVIII cercano con la iglesia vecina y el casal de Armán, domina el extenso val. Como priorato de San Martiño Pinairo, fue concebida desde sus pilares como una importante industria que abasteciese la matriz compostelana de los exquisitos caldos de las riberas del Avia y del Miño.
Este tesina de restauración fue llevado a agarradera para acoger el museo del morapio de Galicia en las primeras décadas del siglo, desde su comprensión en 2019 se puede inspeccionar tanto la exposición de las diferentes plantas del edificio y las espectaculares adegas excavadas en la piedra.
Según el comisión del COAG, “se premia el prueba de diseño sobre un antiguo horno que se transforma en espacio para catas de morapio, el minucioso prueba de diseño de material, el resultado dota de singularidad a la propuesta, intervención de una complejidad que poco se corresponde con la modestia de su superficie y presupuesto”.