Vehículos intervenidos por la Guardia Civil, abandonados en un aparcamiento público porque no caben en el cuartel


‘Transporte intervenido’, se lee en el papel que está pegado al salpicadero con una cinta adhesiva de la Vigilancia Civil. ‘Diligencias previas 829/2022’, luce otro automóvil. Son dos entre el puñado de turismos, la mayoría de incorporación serie, decomisados y estacionados en un aparcamiento notorio de Toledo, en la confluencia de la calle del Coronel Baeza y la avenida del Mas del Ribero.

Están muy próximos a la Comandancia, al punto que a 100 metros, donde no hay espacio para ellos en el vetusto y apuntalado acuartelamiento. A la mayoría ya les han robado varias piezas porque no hay vigilancia continua, a excepción de las veces que pasan los coches patrulla de los cuerpos y fuerzas de seguridad, como esta mañana a las diez y media, por una zona donde no hay un alma cuando llega la alba.

El perito de una aseguradora se entretiene en fotografiarlos. «Es un buen sitio para traer un coche y desguazarlo», deduce al tiempo que advierte que unos tienen precintos de la Vigilancia Civil, pero otros no. Entre estos últimos, ardor la atención uno enojado con el chasis en el suelo, textualmente. Le birlaron las cuatro ruedas y un pequeño minino hidráulico es el vestigio que los ladrones dejaron. El óxido en los discos delata asimismo que el transporte lleva un tiempo a la intemperie y que ya no tiene limpiaparabrisas ni luces de antiniebla.

A pocos metros, un transporte monótono claro ya no tiene el cristal de la ventanilla del copiloto, rodeada de un precinto de la Vigilancia Civil, porque seguramente cierto lo destrozó. Los trocitos cayeron en el interior, donde sigue la carátula de la radiodifusión, y un artrópodo ha explotado la coyuntura para crear una tela de araña, una fibra natural que aguanta cinco veces más tensión que el espada.

Imagen principal - Los desperfectos son evidentes
Imagen secundaria 1 - Los desperfectos son evidentes
Imagen secundaria 2 - Los desperfectos son evidentes
Un cementerio de coches
Los desperfectos son evidentes
MANUEL MORENO

Otro automóvil, si se mira con atención a través del desaliñado cristal, tiene todavía un plataforma para niños en los asientos traseros. En cambio, en el interior de algunos parece que no pasa el tiempo porque están aparentemente muy limpios. Asimismo los hay con latas de refrescos de citrón colocadas perfectamente en el motivo competente para ello. Casi seguro que su postrer agraciado debió de olvidarlas -se desconoce si por las prisas-, por otra parte de dejarse unos cables para cargar dispositivos electrónicos y un par de bolsas de chucherías, algunas en forma de dentadura, sobre el asiento del copiloto.

El diente parece que le quieren clavar a otro enojado sin precinto de la Vigilancia Civil, ya que tiene dos ladrillos sujetando el coche a modo de minino hidráulico, aunque continúa con las cuatro ruedas puestas. Seguramente, será cuestión de tiempo que le quiten piezas, como ya les ha sucedido a otros vehículos a los que dejaron sin los espejos retrovisores. Como dice una de esas frases motivadoras, «solo debes mirar alrededor de detrás para ver cuan remotamente has llegado». En el caso de estos coches, a estar abandonados en un aparcamiento notorio para seguir siendo despiezados a cien metros de la Comandancia, donde han declinado ofrecer datos a torrevieja news today.

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