le niega el IVA reducido pese a no recuperar las ventas prepandemia


La industria del cachivache arranca su campaña de ventas más importante del año, cuando se juega casi la medio del tamaño de todo el año, en retraso de nuevo de que su producto se considere por fin un perfectamente esencial con un IVA corto, una reivindicación desatendida por el Gobierno.

La argumentación de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEFJ) se sustenta en que el cachivache no es un simple regalo, sino que contribuye y resulta fundamental para el crecimiento y expansión del pibe, tal como sostienen los psicólogos y puericultores. José Antonio Pastor, director caudillo de esta agrupación empresarial, que tiene su sede en el todavía núcleo principal del sector, Ibi (Alicante), no critica ni recrimina al Ejecutante, aunque siquiera renuncia a conseguir este tratamiento fiscal más concorde a la naturaleza de este tipo de productos.

Italia ha sido el primer país en cachear ese status de perfectamente esencial al cachivache, lo que permitió que durante la pandemia pudiera continuar con su actividad, con las tiendas abiertas. «Es el primer paso para impresionar al IVA corto», resume Pastor. La aspiración entrañaría acontecer del 21% caudillo al 10%, la medio, en el congregación donde tributan la civilización, la provisiones y el transporte.

Esta desliz de sensibilidad -tal como se percibe en el sector- se da con unos fabricantes que soportan un rigor en las normativas de seguridad superior incluso al de la puericultura, en ciertos aspectos, por ejemplo, cuando se exige que el vestido de una muñeca se produzca con materiales ignífugos, cuando esa misma prenda para el pibe o la pupila no tiene que cumplir con ese requisito.

En estos momentos, las ventas van con poco de retraso en comparación con la tónica habitual, y el sector todavía no ha recuperado las cifras prepandemia en el mercado doméstico, por lo que sólo ha compensado esta flojera del consumo interior con más exportaciones.

En mundial, la previsión apunta a perdurar un arqueo similar al de 2022, tal vez con un discreto aumento del 1%, con esa narración de los 1.699 millones de euros, 715 de los cuales se consiguieron en el foráneo. Todo dependerá de las compras de final hora y de si aumenta el pago ascendiente, ya que en los hogares españoles se invierte menos, de media, 211 euros al año por pibe, frente a 331 en Francia o 389 en Alemania, por ejemplo, según datos de Circana, el asesor especializado en el comportamiento del consumidor.

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