El dueño del pesquero cazado con 1.400 kilos de cocaína en Galicia, a la cárcel para que no vuelva a escabullirse


Tres son los supuestos básicos por los que un árbitro puede decretar la prisión provisional de un investigado: peligro de reiteración delictiva, de destrucción de pruebas o de fuga. Y por eso este viernes, en el caso del propietario del ‘narcopesquero’ cazado en agosto en la Costa da Morte con 1.400 kilos de cocaína, la titular del Magistratura número 2 de Corcubión (La Coruña) no ha tenido dudas para arriesgarse que Luis Alfredo Y. M. siga el exposición de la investigación entre rejas. El peligro de fuga era evidente porque este vecino de Boiro (La Coruña) se había escabullido y estaba en pesquisa y captura.

La Policía Franquista lo detuvo el jueves en su población procedente, donde permanecía escondido, y este viernes ha pasado disposición de la jueza de Corcubión, que ha metódico que Luis Alfredo Y. M. ingresase en prisión, comunicada y sin fianza a posteriori de acogerse a su derecho a no fallar. Según ha informado el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG), la jueza tomó esa osadía, como se ha dicho, por el evidente peligro de fuga, pero igualmente teniendo en cuenta la trascendencia del delito contra la salubridad pública que se le imputa.

Dos detenidos hasta ahora

Luis Alfredo Y. M. permanecía en pesquisa y captura desde que el 10 de agosto los investigadores incautaron el alijo, un total de 45 fardos envueltos en bolsas negras de plástico, en el interior de la embarcación, atracada en Camelle, en Camariñas (La Coruña), donde el ‘Nuevo Furuno’ tiene su puerto almohadilla. El trasvase de la droga al ‘Nuevo Furuno’ se había hecho desde otro barco en suscripción mar. Y luego el patrón, supuestamente, había negligente el cargamento a su suerte en el interior del barco tras tomar tierra en agosto en el puerto de Camelle, logrando así escabullirse de la Policía. Entonces, los agentes detuvieron a otro supuesto implicado, Brais M., de 27 abriles, el único detenido de la trama hasta que el jueves cazaron a su patrón.

Cuando en agosto el ‘Nuevo Furuno’ tocó tierra, los investigadores ya sabían que la estructura había consumado el trasvase de la mercancía desde otro barco en mar hendido. Por eso pudieron incautar en el mismo puerto las 1,4 toneladas de cocaína. Es muy poco habitual que lleguen a incautarse cargamentos de droga tan importantes cuando ya tocan tierra. Los investigadores de los Grupos de Respuesta Singular para el Crimen Organizado (Greco) habían contado con la colaboración de los efectivos del Servicio de Vigilancia Aduanera para tomar la matrícula del ‘Nuevo Furuno’ y radiografiar sus maniobras.

Investigación abierta

Con todo, los investigadores sitúan a estos dos individuos detenidos hata ahora en los escalafones más bajos de la estructura que firma alijo. Fuentes policiales atribuyen un papel de testaferro a Luis Alfredo Y. M., que hacía poco que había comprado la embarcación a otro patrón del Barbanza, el cual sí desconocía que el que había sido su barco iba a destinarse a un fin muy desigual de la pesca de palangre de fondo en el Cantábrico, para la que tenía deshonestidad. En el caso del marinero Brais M., su papel consistiría esencialmente, según fuentes policiales, en guardar la mercancía. En agosto, la jueza del caso igualmente envió a este marinero a prisión preventiva.

La investigación sigue abierta y ahora está por ver si los agentes de la Policía Franquista consiguen durar más en lo alto en los escalafones de una estructura criminal con el músculo necesario para acometer la operación de introducir en Europa un cargamento de cocaína de tal envergadura.

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