En repetidas ocasiones hemos escuchado como cualquiera nos increpa que nos desprendamos de todos “los trastos”, desconociendo si alguno de ellos podría cambiar nuestro futuro crematístico. Este es el caso de las hijas de Jean-Paul Carlhian, un arquitecto de Concord, Massachusetts.
Los hechos tuvieron empleo en el 2016, cuando las hijas de Carlhian vendieron un dibujo que tenía guardado su padre a un coleccionista de arte. El desconocimiento rotundo acerca del valía de obra hizo que se lo vendieran a un coleccionista de arte por 26 euros en un rastrillo que organizaron en su aparcamiento.
Sin secuestro, el comprador además ignoraba la obra en presencia de la que se encontraba y el parada coste que poseía. Es más, la compró pensando que se trataba de una reproducción realizada en el siglo XX. Las primeras sospechas acerca de la caducidad y la autoría de la pintura asaltaron al comprados secreto y, tras ser rechazados por numerosos expertos, consiguió que Clifford Schorer estudiara e indagara acerca del origen del dibujo.
Finalmente, se descubrió que se trataba de una obra del pintor teutónico más importante del Renacimiento: Alberto Duero.
¿Cómo descubrieron que se trataba de una alcoba de arte renacentista?
Clifford Schorer, versado en la obra de Duero y restaurados del Museo Albertina de Viena, contiguo a la historiadora y restauradora de dibujos alemanes en el Museo Anglosajón, Giulia Bartrum, concordaron acerca de la autoría de la obra. Según informaciones proporcionadas por ‘Art Newspaper’, la Agnews Gallery de Londres considera que el dibujo ‘La Desconocido y el Irreflexivo con una galantería en un porción con hierba‘ es una obra diferente de Duero.
A primera instancia, las dudas abordaron a los expertos, abriéndose dos posibilidades: se encontraban en presencia de una obra maestra o estaban en presencia de la mejor falsificación que habían presenciado.
A posteriori de unos investigación minuciosos y de una tasación realizada por académicos se ha llegado a una resolución clara: la obra es auténtica.
El dibujo está compuesto por una mujer sentada, que se asume que es la impenetrable María, con un bebé en brazos, que se asume que es Mesías. En la parte céntrica del inferior de cuadro observamos una epígrafe compuesta por dos iniciales “AD“.
El papel en el que se realizó la obra fue uno de los medios claves en el proceso. La obra se realizó en un papel con una marca de agua usada en más de 200 hojas pertenecientes al cómico. Este único facto hace que la obra pueda ascender de 26 euros a 44,5 millones. La pasillo todavía no ha tasado la obra. Aun así, Schorer estima que se venderá por más de 10 millones.
La obra se piensa que fue creada en el 1503 y que era un diseño de la coetáneo ‘La Desconocido entre una multitud de animales‘, cuadro terminado en 1506.