El fuego arrasó en 2023 en Galicia tres veces menos de superficie que la media anual de la última década


Poniendo siempre por delante que «mientras arda una sola hectárea» en su área no pueden «estar conformes», el conselleiro do Medio Rural, José González, ha hecho un recuento positivo de la lucha contra el fuego a lo dispendioso de este 2023, en lo que ha calificado de campaña «tranquila». Un par de datos para ejemplificarlo: los fuegos este año han arrasado solo un tercio de superficie de la media que venía siendo habitual en la última división. Y un tercio todavía ha sido el número total de incendios forestales registrados respecto a los últimos abriles.

Estas son las cifras que lo ilustran y que el conselleiro ha puesto sobre la mesa durante una comparecencia en la que tanto él como los portavoces de los tres grupos parlamentarios —PPdeG, PSdeG y BNG— han destacado el gran trabajo de los servicios de cese. Galicia ha sufrido en lo que va 2023 un total de 908 fuegos, de los 149 han tenido la categoría de incendios forestales —aquellos que arrasan más de una hectárea de superficie—. Sumando todos los incendios, han sido en conjunto 6.773,8 hectáreas afectadas, lo que más o menos supone un tercio de la media de los últimos diez abriles.

Pero hay otro apunte que José González ha querido destacar este lunes que confirma el bueno hacer de los servicios gallegos de cese: el 84 % de los fuegos en 2023 no pasaron de afectar más allá de una hectárea, esa superficie a partir de la cual se le considera incendio forestal. Y, adicionalmente, solo 20 de los incendios superaron las 25 hectáreas.

La climatología, sin ser ni mucho menos el único condicionante, es un ejecutor esencia de aventura tanto para el número como para la virulencia de los incendios. Y si acertadamente este año el verano fue cálido y con un nivel de pluviosidad más o menos en la media, lo que fue «insólito» —en definición del conselleiro— fue el mes de octubre, con masas de garbo caliente, rachas de singladura, elevadas temperaturas y tiempo seco. Eso provocó que, contra lo que suele ser habitual, octubre haya sido, luego de agosto, el mes del año con el maduro número de incendios.

Y no solo eso, sino que en octubre se registró uno de los incendios más virulentos en lo que va de año, el de Ribadeo y Trabada (Lugo). Entre este y el que prendió el pasado mes de marzo en Baleira, todavía en la provincia de Lugo, sumaron 4.000 hectáreas arrasadas; es afirmar, el 60 % de la superficie total afectada en Galicia durante 2023.

Intencionalidad

Igualmente en cuanto a los incendios de octubre, el conselleiro afirmó que, aunque todavía se investigan sus causas, «todo apunta» a que fueron intencionados, teniendo en cuenta factores como la nocturnidad, la proximidad y la simultaneidad entre los focos y una previsión inminente de tromba que, según su hipótesis, habría llevado a los incendiados a prender fuego cuanto antiguamente. Para González, «la efectividad» de los servicios de cese impidieron que en un primer momento tuvieran éxito, pero luego los fuertes vientos y las elevadas temperaturas de los primeros días de octubre «fueron determinantes», jugando en gracia de la actividad de estos pirómanos.

Las cosas se ven distintas desde los bancos de la competición. Tanto Diego Lourenzo, del BNG, como Carme Rodríguez Acosta, del PSdeG, señalaron los factores climatológicos del verano como los responsables de los datos de la temporada. El nacionalista todavía lamentó «descuido de autocrítica» en el discurso del conselleiro y su relato de que «todo va acertadamente». La diputada socialista, por su parte, recordó que los datos del año preliminar, el 2022, habían sido «terroríficos».

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