Este ‘final vikingo’ aparece encaramado a una plataforma colocada en un declive antiguamente de propalar una piedra para comprobar la caída y romper la tensión superficial del agua. A continuación, sin pensárselo dos veces, salta a las aguas de Stryn, en Noruega.
Stornes aterriza en plancha contra el agua a unos 100 kilómetros por hora. La razón es que la puntuación de los jueces de esta disciplina es viejo cuanto más cerca esté el saltador de impactar en el agua con el estómago expuesto.
“Nuevo récord del mundo, 40,5 metros. Una vez más devolvemos el récord de brinco mortal a Noruega, a donde pertenece. ¡Ha sido una enajenación!“, escribió el propio Stornes en el pie de foto de la secuencia.
No es la primera vez que Stornes bate el récord de brinco mortal. No obstante, hay que aclarar que este ‘final vikingo’ no hace las cosas a lo chalado: este exmarine sabe que una mala caída podría incluso hacerle perder el conocimiento.