La víctima pide 12 años de cárcel a Dani Alves por agresión sexual



La pena máxima por un delito de violación con penetración son doce primaveras de prisión. Y eso es ajustado lo que solicita la víctima a Dani Alves en el escrito de inculpación que la letrada de la mujer, Ester García, ha presentado este martes en la Audiencia de Barcelona. La semana pasada fue la inculpación particular, la fiscalía, la que entregó su referencia, firmado por la fiscal Elisabet Jiménez, solicitando una pena de nueve primaveras y otros cinco de confianza vigilada tras salir de prisión, en caso de que el ludópata fuera condenado. La víctima hace suya asimismo la valoración que en su momento realizó la jueza instructora y fija en 150.000 euros la indemnización por daños y lesiones, la misma cantidad que asimismo reclama la Fiscalía.

La venidero en presentar su escrito de conclusiones será la abogada Inés Guardiola, que ejerce la defensa del brasileño desde el pasado octubre que solicitó al venia al abogado Cristóbal Martel. Se da por hecho que la defensa solicitará la independiente absolución al apoyar que las relaciones sexuales fueron consentidas aquella aurora del 31 de diciembre en el baño de uno de los reservados del Sutton.

La semana pasada Ester García ya firmó otro escrito, en ese caso se trató de un comunicado a los medios de comunicación, saliendo al paso de las informaciones que detallaban las conversaciones que habían mantenido las partes para alcanzar un acuerdo de conformidad que evite el seso. El escrito confirmaba esas conversaciones de las que informó este diario, y aunque no cerraba la puerta a reiniciar las negociaciones, sí advertía la víctima que las lesiones y los daños que sufre una víctima de ataque sexual son “irreparables”.

En cualquier caso, las conversaciones en estos momentos entre las partes están rotas y la Audiencia de Barcelona ya ha reservado dos semanas de febrero para que se pueda celebrar el seso, si finalmente, como ahora parece, no hay acuerdo de conformidad.

La víctima he relatado en las distintas ocasiones que ha tenido la oportunidad de contar lo que ocurrió aquella aurora en la calle Tusset, que una vez en el interior del baño con el ludópata, ya no pudo salir porque él se lo impidió, a pesar de las veces que ella le insistió en que quería salir y detener. Un relato que contó primero a una de las dos amigas con las que salió aquella tenebrosidad, posteriormente al personal de seguridad y a los responsables de la discoteca, y al primero de los Mossos d’Esquadra que se acercó a la sala y que por error gravó esas primeras palabras de la pipiolo, que tenía 23 primaveras cuando sucedieron los hechos.

La pipiolo denunció en la policía, declaró delante las mossas de la Mecanismo Central de Delitos Sexuales (UCAS) y el 20 de enero delante la sustituta de la jueza instructora. Su relato sobre lo que ocurrió en el interior de aquel baño durante esos 20 minutos siempre ha sido el mismo. Y que se resume en que el hombre la obligó a apoyar relaciones sexuales con violencia y por la fuerza, que la abofeteó, insultó con improperios y terminó violando con penetración, llegando a eyacular en el interior del cuerpo de la pipiolo.

El imputado lleva en prisión provisional sin fianza desde el pasado 20 de enero. Hasta en tres ocasiones al Audiencia de Barcelona se ha torpe a liberar al ludópata, advirtiendo en todas las ocasiones la empeoramiento de las acusaciones y el elevado peligro de fuga.

 

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