El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, confirmaba que la figura del mediador que participe en las reuniones entre PSOE y ERC será una persona distinta a la que ejerce esa función en los encuentros con Junts. Aunque apunta a que están hablando “de los mismos temas” y aspira a que la negociación llegue a un punto en la que se reunieran las dos formaciones.
Sánchez asimismo defendía la figura del verificador para rescatar la “extraordinaria desconfianza” que hay entre los socialistas y los partidos independentistas. De momento, los dos partidos independentistas, o al menos la parte de Junts, no aclaran si unificarán sus reuniones en una única mesa y frente al mediador, el portavoz de Junts, Josep Rius, destacaba que ha sido su partido quién lo ha conseguido.
Desde el Govern tratan de deducir la tensión. La portavoz Patrícia Plaja reivindica la validez de todas las mesas de negociación con el PSOE. “Independientemente de que esta negociación esté fragmentada en diferentes mesas, los partidos independentistas, y el Govern y los que ahora están negociando con el Estado, estamos sentados en el mismo banda de la mesa. Esto no es una competición entre mesas”.
¿Quién será el verificador de ERC?
El partido de ERC quiere su propio verificador, diferente al de Junts. Hay varios nombres sobre la mesa. Entre ellos, una fundación alemana (Berghof Foundation) y varias suizas (Swisspeace y Geneva Centre); entidades que han asesorado a Marta Rovira.
De momento no se ha confirmado quién será el mediador. Al parecer, las reuniones asimismo tendrían circunscripción fuera de España. Aunque el PSOE quiere una única mesa, Junts y Esquerra quieren su protagonismo y podríamos tener hasta cuatro verificadores, dos por cada partido.
Page califica de “parodia” la figura del verificador
El socialista y presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha tachado de “parodia” la figura del verificador internacional para supervisar los acuerdos entre el PSOE y Junts per Catalunya tras la investidura de Pedro Sánchez.
“Todas las administraciones e instituciones del Estado tienen que dejar claro de antemano que no nos vincula y no nos sentimos, como instituciones, representadas ni dependientes de lo que un embajador del extranjero, por muy respetable que sea, pueda opinar, asegurar, sugerir o proponer”, ha argumentado.