Paseaban por el centro de Madrid buscando una nueva víctima. En sus bolsillos llevaban un gran fajo de billetes sujetos con gomas elásticas. Uno de 50 euros se cernía sobre el resto, pero era falso. El paquete no era más que una carnada, un sobre lleno de recortes que los delincuentes tiraban al suelo cerca de sus víctimas, decían que compartirían el dinero con ellas y, en un lugar apartado, aprovechaban para robarles en medio. de la calle. Antes de que pudieran hacerlo por última vez, agentes de la Policía Nacional pusieron grilletes a los dos ladrones, y días después también fue detenido un tercer integrante del grupo delictivo.
Se trata de la nueva técnica delictiva denominada ‘paquete chileno’, que, en realidad, es una vieja estafa extendida por los países latinoamericanos, de ahí su nombre. Entre los meses de marzo y julio de este año, la Policía Nacional ha esclarecido un total de 12 robos cometidos con este método por una banda formada por dos peruanos de 49 años y una mujer de la misma nacionalidad de 41. . Los tres tenían antecedentes penales por hechos similares, relacionados con hurto, robo o robo con violencia.
La investigación del Cuerpo Nacional se inició en junio pasado, tras detectar un aumento de denuncias en las que las víctimas afirmaban haber sufrido un robo a través de la estafa del “paquete chileno”. Todos se habían cometido, principalmente, en la ciudad de Madrid, en calles con gran afluencia de público. Un método burdo que, sin embargo, en apenas cuatro meses se saldó con la agresión a una decena de mujeres, blanco preferido de la banda criminal, según informa la Jefatura de Policía de Madrid.
Los pandilleros seleccionaban a sus víctimas sin importar su edad. Actuaron de forma perfectamente coordinada, “con una clara distribución de funciones”, han indicado estas fuentes policiales. Uno de los actores se acercó a la víctima y dejó caer un fajo de billetes, que no eran billetes, frente a él. Este paquete era en realidad un sobre lleno de recortes sujetos con gomas, dejando una fotocopia en color de un billete de curso legal, en este caso, de 50 euros.
En ese momento, el estafador se acercaba a la víctima para ganarse su confianza y, cuando lo conseguía, le instaba a compartir el dinero que supuestamente había encontrado en un lugar apartado, fuera de la vista de otros transeúntes. Inmediatamente después apareció en escena una tercera persona, otro miembro de la banda, quien afirmó ser el dueño del fajo de billetes y acusó a la víctima de haberse quedado con su dinero.
El amigo aprovechó la oportunidad para reprender a la víctima. “Si no fuiste tú, déjame ver tu bolso”. Con una sentencia similar a esa, la supuesta dueña del dinero exigió a la mujer que viera su bolso para comprobar que no tenía el paquete. Los ahora detenidos luego procedieron al robo. Tras una maniobra de distracción, o sin siquiera ocultar sus intenciones, los delincuentes consiguieron sustraer objetos de valor, como teléfonos móviles y dinero.
Los miembros del grupo dudaban en utilizar la violencia, como empujones o golpes, para intimidar a los afectados si alguna vez descubrían que estaban siendo engañados.
con las manos en la masa
Tras establecer un dispositivo de vigilancia, el pasado 20 de julio la Policía procedió a localizar y detener a dos hombres, integrantes de este grupo criminal, mientras planeaban la comisión de otro robo. En el momento de la detención, estos sujetos portaban un paquete preparado para ser utilizado como cebo. Finalmente, el último integrante fue detenido el 10 de agosto, procediéndose así al desmantelamiento total de este grupo organizado.
A los detenidos se les imputan los delitos de pertenencia a grupo delictivo, robo con violencia y hurto. Además, uno de los detenidos tenía orden de captura en vigor por un hecho similar cometido en mayo en Alcalá de Henares. Por todo ello, ambas personas fueron puestas a disposición de la autoridad judicial.