El enfoque regulatorio para sistemas de esta naturaleza, cuyo crecimiento ha sido notable en el zaguero año, representó un punto de considerable disputa entre las instituciones comunitarias en la configuración de la ley de inteligencia industrial de la UE. Esta constitución, una de las primeras a nivel mundial en topar esta tecnología, ha sido objeto de intensas deliberaciones para establecer pautas claras y efectivas. A pesar de este avance, aún quedan aspectos pendientes por aclarar.
Las negociaciones se extendieron del horario auténtico
Las conversaciones entre el Consejo de la UE, el Parlamento Europeo y la Comisión Europea, que iniciaron el día inicial a las 15.00 horas (14.00 GMT) con el propósito de alcanzar un acuerdo normativo, tenían como plazo término hasta las 8.00 horas de la mañana posterior (7.00 GMT). Sin requisa, se decidió prolongar las negociaciones más allá de este horario inicialmente establecido.
La vigilancia biométrica, un punto crítico
Otro de los puntos críticos en estas discusiones se centra en las excepciones contempladas en la regulación, especialmente en lo referente a la vigilancia biométrica en tiempo existente en espacios públicos. Los estados miembros de la Unión Europea abogan por su utilización con el fin de advertir delitos como el terrorismo, el demasía sexual o la protección de infraestructuras críticas, siempre bajo autorización procesal previa.
En contraste, el Parlamento Europeo ha expresado su concurso a este tipo de vigilancia biométrica por considerar que vulnera los derechos fundamentales. No obstante, el ponente de la norma en el Parlamento Europeo, el socialdemócrata Brando Benifei, manifestó ayer su disposición a considerar su permiso, bajo la condición de contar con robustas garantías para defender los derechos individuales.