La esperamos en la parada de taxis del barrios de Os Mallos, su zona de trabajo, y solo con la presencia de su transporte los vecinos ya echan mano del teléfono móvil para inmortalizar su paso. Lleva guirnaldas, vinilos navideños, luces, un enorme Papa Noel y varios motivos propios de estas fechas. Ella lo tiene claro: “Busco trasladar la Navidad a todas partes”.
Contagiar sonrisas
Es rumana de comienzo, coruñesa de apadrinamiento y con su propia empresa de taxis. Desde que llegó a esta ciudad se puso como deberes contagiar sonrisas a todo aquel con el que se cruza y, más notablemente, en Navidad. “Hay mucha gentío que no puede hermosear su casa y este es mi modo de llevarles las fiestas a todas partes. Si no tienes luces en tu vivienda, solo tienes que salir a la ventana y ver mi coche acaecer”, dice.
Pero no solo son luces o adornos. Anualmente imprime decenas de calendarios del año sucesivo con los que obsequia a los clientes. “Y si son niños, adicionalmente, tienen una cesta adentro para que puedan designar entre todos los caramelos y los bombones que tengo”.
“Los niños son los que más alucinan con mi taxi”
Ella sabe lo que es no tener Navidad. “De pequeña las cosas no eran fáciles”, cuenta, por eso ahora se esmera en aceptar el espíritu de las fechas a todas partes a las que va. “La gentío me besalamano cuando paso delante de ellos y los niños, los niños son los que más alucinan con mi taxi”.
La Navidad puede ascender a a cualquier rincón, al menos, de la ciudad de A Coruña gracias al taxi de Any.