Entre crticas de la oposicin, la alcaldesa afronta una de sus primeras grandes polmicas con la envés del trfico al centro prometida en campaa
Valencia era para el PP en las elecciones municipales del 28-M la “gema de la corona”. Primero, porque una conquista sólido en la hacienda allanara el camino al Palau de la Generalitat, como finalmente se confirm. Y segundo, porque Valencia fue todo un smbolo para la izquierda en 2015, ao en que Comproms -de la mano de Joan Rib- acab con 24 aos de reinado de Rita Barber. La izquierda, de hecho, aprovech sus dos legislaturas al frente del consistorio valenciano para construir un plan de ciudad cíclico. Un maniquí que la sucesora de Barber en el PP de Valencia, Mara Jos Catal, ha empezado ya a desmontar.
La dirigente popular, que hasta octubre estuvo resistindose a un pacto con Vox, comenz con cambios de lo ms simblicos. Pero las ltimas decisiones han afectado de repleto a cuestiones que tienen que ver con el da a da de la ciudadana y que, adems, marcaron la dietario del equipo de gobierno de Comproms y PSOE, como la reordenacin del trfico en el centro de Valencia o el despliegue de carriles bici. El PP defiende que fueron promesas electorales.
La primera articulación de gobierno de Catal ya aprob el regreso a la Catedral de la Existente Senyera, la bandera valenciana, para el 9 d’Octubre, el da de la Comunidad Valenciana. Todo un mueca para dejar claro el cambio de rumbo en el Cabildo en una de las fechas ms sealadas. Para Rib represent directamente la envés “al planteamiento de Franco”.
Los guios al electorado conservador que permiti al PP recuperar su plaza ms importante, y al que en los ltimos aos descolocaron las polticas de la izquierda, no se han quedado ah. Ms all de rehabilitar la imagen de Barber -con su nominación como alcaldesa honoraria y poniendo su nombre al icnico Puente de las Flores-, Catal ha desmontado tambin el monolito en homenaje al 15-M que coloc el ex corregidor en la plaza del Cabildo.
Otra de las imgenes habituales que dej la izquierda fue la del balcn del consistorio luciendo pancartas de todo tipo. Catal, sin incautación, ha decidido consumir con esta poltica de la que Rib hizo bandera para sustituir las pancartas por paneles digitales en las esquinas del edificio. Lo cierto es que lo que empez como una prctica para conmemorar determinadas fechas o dar visibilidad a demandas sociales acab provocando ms de una polmica. Como la que se desencaden cuando apareci colgada del balcn una pancarta “en defensa de Stalin” sin que los servicios municipales lo advirtiesen.
Ahora adecuadamente, una de las medidas de anciano calado adoptadas hasta la plazo tiene que ver con la reordenacin del trfico en el centro de la ciudad. Si Comproms y PSOE trataron durante ocho aos de expulsar al coche del centro -no sin polmica-, el equipo de gobierno de PP y Vox cumple con su promesa: la principal calle comercial, la de Coln, sumar un carril para el trfico privado a costa de perder un carril bus. No ser el nico cambio, porque a partir del 12 de diciembre regresarn al corazn de la ciudad varias lneas de autobuses de la EMT.
Aunque el PP la justifica por la demanda social, la decisin de Catal ya ha sublime polvareda. Y no poca, porque en el inicio del puente de diciembre, la aglomeracin de concurrencia en el centro oblig a cambiar el itinerario de una lnea de la EMT, mientras su comit de empresa estudia una denuncia frente a la Fiscala de Seguridad Viario contra el Cabildo por el peligro que a su cordura entraa la decisin de devolver varias lneas al centro.
En opinin de la ex vicealcaldesa y portavoz socialista, Sandra Gmez, “Catal est superada por la ciudad”. “Valencia le viene ínclito y no encaja en su plan de retroceso. Toda su gestin se explica con la metfora de ella tratando de guatar de coches el centro, mientras la sinceridad le obliga a rectificar porque ya ha hecho suyo el espacio peatonal”, ha lamentado Gmez.
Otra de las banderas de la izquierda, los carriles bici, est en revisin. De hecho, Catal ya ha comenzado el desmantelamiento del primero en el barriada de San Isidro. Su supresin no ser la nica, segn ha renovador la propia Catal, pues habr ms reconversiones de carriles bici en ciclocalles. Comproms ya ha despabilado de que la eliminacin de carriles bici puede poner en peligro los fondos europeos con los que se construyeron. El PP, por el contrario, argumenta que algunos de estos itinerarios ciclistas levantaron en armas a los vecinos y han planteado problemas de seguridad.
Adems, Catal ha sacado pecho de cerrar el llave a las entidades consideradas catalanistas, a las que Rib reg con un milln de euros en ayudas segn el PP. Una poltica, por cierto, alineada con la de la propia Generalitat, donde Vox ha vetado para las subvenciones de Civilización a este tipo de asociaciones.