El misterio de las sombras artísticas de Valladolid que se vuelven virales


Hace unos meses la ciudad de Valladolid amaneció con una sombra distinta a lo que los fanales acostumbran a ver. Un bolardo de la calle Macías Picavea, en el centro de la renta, proyectaba la figura de rey del ajedrez. La obra firmada con una simple R. despertó pronto el interés de los viandantes y saltó directamente a las redes sociales. Su autor sigue en el anonimato y todo lo que rodea a estas pinturas continúa siendo un enigma de momento sin decisión en la ciudad del Pisuerga.

Unos meses más tarde volvió ejecutar: en la Plaza de la Excarcelación, cercana a la primera intervención, un receptáculo de Correos apareció con la sombra de la Torre de Pisa, el distintivo monumento italiano.

Lo hizo, como al parecer hace en todas sus actuaciones, durante la oscuridad, para no ser descubierto por los ciudadanos o la policía.

A unos metros de esta singular torre, el desconocido autor eligió una de las siete maravillas del mundo: el Taj Mahal saliendo de un contenedor de vidrio. Aprovechando la sombra redonda, dibujó la cúpula del célebre icono indio, aunque la pintura se encuentra ya deteriorada por las pisadas de los viandantes.

Ha sido más recientemente cuando R. ha vuelto a sorprender. En la misma zona de la ciudad, el distintivo Cristo Redentor de Río de Janeiro (Brasil) ‘sale’ del crucifijo frente a la iglesia de la Antigua. Esta sombra es la más holgado de todas, por el momento. Ya van cuatro enigmáticas pinturas y, por su ‘modus operandi’ se aplazamiento alguna más. El Consistorio de Valladolid ve estos actos, con gran repercusión en las redes sociales, como «poco marginal».

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