Hace menos de un año que ha despejado ‘Pan y Alboroto‘, con Miguel Tostado al frente. “Nosotros vamos a realizar galletas con especias, con jengibre. Tenemos igualmente un polvorón con un 25% de frutos secos, harina de almendra y harina de avellana. Tiene un sabor muy afrutado. Lo frecuente es que el polvorón tenga un 4% de fruto seco o que incluso no lleve nadie”, nos dice. “Asimismo vamos a tener un turrón de brote tostada que la vamos a toscar cada día. Y un cruasán de turrón de brote. Una alienación”.
Entreambos coinciden en que los experimentos no suelen sentar muy acertadamente a este tipo de productos tan ligados a sabores y costumbres tradicionales. “No puedes arriesgar en sabores que la clientela desconoce. En cada región tienen variedades que en otras no. Consumimos más de lo que toca y compramos más de lo que toca. Pero eso es alegría, porque si no la vida es triste. La vida es compartir y disfrutar” dice Balaguer.
Nos comemos la Navidad
Cada castellano consume una cantidad equivalente a 0,75 kilos al año en productos navideños y se gasta 7,22 € por persona. El Principado de Asturias, Andalucía, así como la Comunidad Foral de Navarra y la Comunidad de Madrid son las comunidades autónomas que más compran los dulces navideños. Al contrario, Extremadura, La Rioja o la Comunidad Valenciana, son los territorios que menos cuerpo presentan comparándolo con su peso demográfico.
Los troncos de Navidad, y el panettone (que cada día va teniendo más presencia en las pastelerías) y el turrón de chocolate, una variedad de que tiene una gran versatilidad (crujiente, con frutos secos, pralinés, con dulce de nata, con café…). Pero el que nunca, nunca desidia es el turrón “duro” y el “dócil”. El roscón… el roscón se merece un capitulo específico.