El Academia de la Lengua Valenciana (AVL) ha advertido al Gobierno regional de PP y Vox que “cuestionar” a la propia entidad y su normativa lingüística, “además de intentar resucitar un conflicto que se ha demostrado socialmente estéril y artificial, tiene un impacto negativo en el ámbito lingüístico, cultural y columna vertebral social de nuestro municipio”.
Así se expresó en un comunicado publicado este viernes tras las declaraciones del ministro de Educación, José Antonio Rovira, en las que cuestionó la autoridad del único organismo normativo oficial, según establece el Estatuto de Autonomía de la Comunidad Valenciana. Apartarse de lo allí prescrito “supondría una irresponsabilidad y un gran daño a la sociedad” y a “la normalización de la propia lengua”, señalan. O lo que es lo mismo: “cuestionar la obligatoriedad de los pronunciamientos” de la AVL es “cuestionar la norma institucional básica de los valencianos”.
La polémica surgió tras la publicación de varios mensajes -ya borrados- en los perfiles oficiales de la red del Departamento de Agricultura, gestionados por Vox, en los que se utilizó un valenciano no normativo y, por tanto, plagado de errores ortográficos.
«Se entiende que las cuentas oficiales deben cumplir con el Estatuto de Autonomía. ¿Pero por qué el Ministro de lo que sea no va a tener libertad para elegir su reglamento? Al mismo tiempo, consideró que la AVL no tiene “La verdad absoluta” en la lengua.
La entidad constituida por ley en 1998 buscando “el diálogo y el consenso”, durante la etapa del popular Eduardo Zaplana al frente de la Generalitat, responde ahora con claridad a Rovira: su reglamento es aplicación obligatoria en todas las administraciones públicas autonómicas y en el sistema educativo.
Además, entre sus competencias también está la de establecer las formas lingüísticamente correctas de toponimia y onomástica; emitir y difundir informes u dictámenes y realizar estudios sobre la normativa y la onomástica oficial valenciana, así como velar por el normal uso del valenciano y defender su denominación y entidad.
En este sentido, destacan que “proyectar la idea de que puede haber más de una regulación lingüística es completamente inadecuado y es lejos de los objetivos que un gobierno debe perseguir». «Además, pone en peligro a todo el sector cultural y educativo y, en general, a todos los ámbitos del uso de la lengua que, con la proyección de las nuevas tecnologías, necesitan una lengua estándar consensuada; un consenso reconocido, gracias al trabajo de miles y miles de usuarios, por la mayoría de la sociedad valenciana y que cuenta con una larga tradición ortográfica (Normes de Castelló de 1932)”, argumentan.
«El valenciano, nuestra lengua, lengua propia e histórica de los valencianos, necesita ser utilizada en todos los ámbitos de forma homogénea y digna. Cualquier fragmentación o diversificación de la norma lingüística está fuera del sentido común, fuera de una visión de futuro y fuera del sentido institucional que esperamos de nuestros gobernantes”, zanja la Academia en su comunicado.