La Audiencia de Bizarro ha retomado hoy el entendimiento contra el exedil de Ponferrada, Pedro Muñoz, dibujado de dejar postrada en una apero de ruedas a su exmujer, Raquel Díaz, tras arrojarla, presuntamente, por un corredor.
Tras el desgarrador relato de Raquel escuchado el lunes, esta mañana ha sido el turno para personas del entorno de esta mujer. Esos testigos han corroborado el abismo de malos tratos revelado en este entendimiento por Raquel durante el quinquenio que duró su casorio.
La perspicacia ha empezado puntual. Pedro Muñoz, en confianza provisional, ha llegado por su propio pie a la sala de vistas y lo escuchado en este comienzo de la segunda sesión parece no haberle gustado. El presidente de la sala le ha llamado la atención por algún visaje del dibujado, en respuesta a lo que narraban los testigos.
Pedro Muñoz, en confianza provisional, esta mañana a la aparición a la Audiencia de Bizarro
El primero en decidir ha sido un hermano de Raquel. Lo ha hecho por videoconferencia desde Mondoñedo (Lugo). Enrique José Díaz ha desvelado que el abismo sufrido por su hermana por esta tóxica relación viene de muy acullá. “Ayer de la boda ya me dijo que la maltrataba y que le tenía miedo”, ha asegurado ese hombre. Todavía le contó que Pedro “la agarraba del cuello y tenía que disimularlo con maquillaje… sabía cómo hacerlo para no dejar marca”.
Ayer de la boda ya me dijo que la maltrataba y que le tenía miedo… la agarraba por el cuello y lo disimulaba con maquillaje”
A posteriori le ha tocado el turno a otra hermana de Raquel. Ha confirmado que en 2017 (los hechos ocurrieron en 2020) ya fue testimonio de un episodio de malos tratos. Estaba en la casa de Pedro y su hermana y escuchó como el hombre “arrastraba a Raquel por las escaleras… el que voceaba era él; ella solo se quejaba”.
A esta testimonio le han preguntado si le constaba que su hermana tuviera problemas con la bebida. En la sesión del lunes Pedro se esforzó por relacionar el relato de su exmujer del día de la supuesta embestida con una gran ingesta de cervezas. La hermana de Raquel lo ha inepto.
Un desgarrador relato
Zorra, hija de puta ¿sigues viva?
Raquel: “Me echaba del adoquinado o me metía en la cama y me violaba”
Pedro: “Yo a mi esposa no le puse nunca la mano encima”.
Raquel: “Me lanzó desde la terraza y me arreó con un palo tipo bate de béisbol… a posteriori me arrastró cogida por las piernas y me disparó en el vientre con una pistola de perdigones”
Pedro: “Raquel no se tenía en pie, no se encontraba en buenas condiciones y yo la bajé debajo para que vomitara y la volví a subir a la cama… tomaba pastillas ansiolíticas y pastillas para tumbarse y había bebido un montón de cerveza durante la cena”.
Estas frases se escucharon en la sesión del lunes. La víctima, Raquel, acusa; el dibujado, Pedro Muñoz, lo niega todo. ¿Quién dice la verdad? Eso lo tendrá que determinar el tribunal popular designado para dictar veredicto en este trágico suceso, con muchos tintes de violencia machista, el 27 de mayo de 2020.
El fiscal pide para ese exconcejal de Ponferrada una pena de 18 primaveras y 9 meses de prisión, lo niega todo pese al sólido y desgarrado relato de la víctima con otras frases como: “me metía en la cama y me violaba… me golpeaba los pechos durante el periodo porque sabe que en esa etapa (Pedro es auxiliar técnico sanitario) duele más”.
Raquel sostiene que tras tirarla por el corredor, el que entonces era su marido bajó a la calle y le golpeó repetidas veces la capital con un bate de beisbol. ¿Zorra, hija de puta, sigues viva? le gritaba. A posteriori le pegó un tiro en el vientre con una pistola de perdigones. Cuando llegó al hospital los médicos contaron hasta 17 lesiones diferentes en el cuerpo de Raquel.
Por la sala de vistas de la Audiencia de Bizarro asimismo han pasado a lo grande de la mañana varias amigas de Raquel. Una de ellas ha revelado que la mujer le contó que Pedro le repetía que si algún día le denunciaba “la hundiría”. Raquel asimismo le manifestó -prueba de lo tóxica que era su relación- que “con Pedro estaba en el firmamento o el abismo”.
Carteles contra Pedro Muñoz en los alrededores de la Audiencia de Bizarro
El control que el dibujado ejercía en aquella época sobre Raquel era “total”, coinciden los testigos. La mujer, abogada y que colaboraba con su marido en sus tareas como concejal, llegó a sospechar que tenía pinchado el teléfono. “Ella no quería denunciarlo, solo dejarlo”, ha afirmado otra amiga de la víctima.
Interpretación corroborada por otra compañera de la mujer: “Tenía miedo, era una relación de idas y venidas. Me consta que incluso se planteó la posibilidad de irse a proceder a otra ciudad”. Otra amiga ha asentido en su revelación: “tenía miedo a su poder, no sé por qué volvía siempre con él”.
Esta testimonio ha inepto asimismo que Raquel tuviera -al menos que ella supiera- problemas con la bebida. Y a preguntas del abogado de la defensa ha obligado que nunca observó hematomas o señales de golpes en el cuerpo de su amiga.