A lo grande de la investigación por la crimen, hubo testigos que declararon que presenciaron el maltrato hasta en dos ocasiones distintas. Uno de ellos aseguró que escuchó a la pareja discutir y presenció un cabezazo a través de los ventanucos que tienen algunas viviendas de Covadonga para pertrecharse en caso de visitas policiales. Los dos eran politoxicómanos y acudían a ese extrarradio por droga.
González Sierra será interrogado por la instructora sobre si maltrataba asiduamente a su pareja. La incriminación particular que ejerce la comunidad de la víctima asegura que el investigado ya tuvo que hacer frente a una sentencia condenatoria por violencia de especie a una preparatorio pareja. Según esa interpretación, Nerea fue maltratada física, psicológicamente e incluso la obligó a prostituirse.
Dos opciones
El hecho de que la causa se haya dividido provocará que el proceso sumarial por homicidio sea curia antiguamente en tanto que el asunto está concluido y solo está irresoluto de proceso. La Audiencia lo ha fijado para la semana del 19 de febrero. Tanto el fiscal como el culto de la incriminación particular coinciden en el número de abriles de prisión por los que Julio González Sierra, de 33 abriles, debe ser castigado (un total de 14), aunque a nivel legal plantean dos opciones. El Ocupación Manifiesto, un homicidio en comisión por omisión: Nerea cayó por el sendero del regato dos Muíños, en Barbadás, por causas que no han sido determinadas, pero en todo caso la pareja de la víctima no evitó que muriese, ya que no la auxilió pese a que era su pareja sentimental -posición de garante-. Los dos se asustaron al ver una patrulla de la Guardián Civil porque ese día, el 15 de enero de 2020, habían robado la cartera a un taxista. El abogado que representa a la causa de la perjudicada cree que González Sierra es autor de un homicidio consumado (quiso matarla).
El inculpado, por su parte, asegura que al salir del motel Cancún tomaron caminos distintos y que no sabe qué le ocurrió a Nerea.