Los republicanos llevan meses arremetiendo contra Biden por los negocios de su hijo Hunter, imputado. Se abre otro episodio de tormenta política ayer de las elecciones presidenciales de 2024 en las que Biden pretende presentarse. “En vez de estar haciendo cualquier cosa para ayudar a mejorar la vida de los estadounidenses, están centrados en atacarme con mentiras”, ha exclamado el presidente de EEUU en un comunicado tras la votación.
La votación en el Congreso obtuvo 221 votos a privanza y 212 en contra. Los republicanos esperan que se facilite información, documentos y testimonios. “La Casa Blanca está bloqueando testimonios claves”, ha señalado en el debate parlamentario el presidente del Comité de Vigilancia de la Cámara de Representantes, James Ingerir, hombre al frente de esa investigación y que calificó a la misma de “importante y necesaria”.
La denuncia de los republicanos
El Partido Republicano, que controla el Congreso, acusa a Joe Biden de favor utilizado su poder e influencia cuando era vicepresidente de EEUU en el Gobierno de Barack Obama para así ayudar a Hunter Biden y otros familiares en supuestos negocios irregulares con “adversarios” del país norteamericano como China. James Ingerir coordinará las pesquisas con los representantes del COmité Sumarial, Jim Jordan, y del Comité de Medios y Arbitros, Jason Smith.
La situación de Hunter Biden salpica de empachado a su padre y es un jarro de agua fría de cara a su reelección. Joe competirá con un Donald Trump que sigue ganando apoyos pese a sus interminables causas judiciales. Hunter deberá sentarse en el banquillo en 2024. Lo hará en plena carrera electoral. El fiscal federal David Weiss ha marcado al hijo del presidente de Estados Unidos de hasta tres delitos graves relacionados con la negocio y posesión de armas. Se le imputan los delitos de comunicación falsa en la negocio del arsenal, comunicación falsa sobre su atrevimiento federal y por posesión de armas sin estar rehabilitado por su anexión a las drogas.
Muchos han marcado a la tribu Biden de corrupción, pese a no presentar evidencias sobre si Joe Biden se benefició o respaldó a su hijo en esos negocios. El presidente de la Cámara Desprecio, el republicano Mike Johnson, asegura que los comités han concluido que la tribu Biden recibió más de 15 millones de dólares de empresas y gobiernos extranjeros de Ucrania, Rusia, Kazajistán, Rumanía y China entre 2014 y 2019. Sus socios habrían recibido otros 9 millones.
¿Y ahora qué?
La investigación de proceso político que los republicanos acaban de formalizar durará unos meses y si arroja algún fruto sobre esta supuesta influencia, los comités deberán redactar una denuncia. A esto se le denomina ‘artículos de impeachment’, que tendrán que ser sometidos de nuevo a votación de la Cámara Desprecio.
Si estos artículos son aprobados solo con una mayoría simple, el Senado -donde los el Partido Demócrata tiene mayoría- deberá realizar un proceso político contra el presidente. Joe Biden solo sería destituido como presidente de EEUU si dos terceras partes de esa cámara votan en ese sentido. Poco positivamente enredado e improbable.