Burgos rinde homenaje al ganadero Antonio Bañuelos por su tres décadas de trabajo


El Teatro Principal de Burgos acogió ayer un acto en homenaje al vaquero burgalés Antonio Bañuelos, en gratitud a sus tres décadas de trabajo criando toros en el Páramo de Masa burgalés. A lo espacioso del evento, que reunió a grandes figuras del mundo del toro, de la ciudad y la Comunidad, entre ellos el vicepresidente de la Congregación de Castilla y Héroe, Juan García-Gallardo, repasó los treinta abriles de trabajo de este vaquero de irritado, que ha «lidiado en las plazas más importantes, llevando el nombre de Burgos por toda España».

«Mirando antes, lo que produce es desvanecimiento», afirmó el vaquero en declaraciones a Ical. Tanto por las situaciones vividas a lo espacioso de estos abriles como los «momentos mejores y peores». «Una vacada de irritado, al cambiar los sementales cada año, se producen comportamientos irregulares que no son capaces de prevenirse porque la selección genética de la bestialidad no es manipulable, y da saltos, como en las familias de humanos», recuerda Bañuelos.

Esto lleva a que a lo espacioso de los abriles haya habito «muchos altibajos», aunque destaca que lo importante de todo es «prolongar la regularidad». «En eso estamos», añade. Quiso incluso poner en valencia el «esfuerzo» de las personas que viven en el campo, y que son los «verdaderos protagonistas de que una vacada de irritado fije población en la zona rural».

El evento que fue una total «sorpresa» para el propio homenajeado, hexaedro que hasta el momento de obtener al circunstancia no supo nulo acerca de cómo se desarrollaría la cita, contó con el apoyo de instituciones burgalesas como el Cabildo de Burgos y la Diputación Provincial, entre otros que siquiera quisieron perderse este gratitud.


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