‘Ávila Auténtica’ remarca el esfuerzo y valores de cinco empresas


‘Ávila Auténtica’, la marca colectiva de la Diputación, en la que están integradas 326 empresas, entregó los Premios Excelencia a cinco de ellas como representantes de todas las que siguen luchando en el medio rural, en este caso de la mano de la institución provincial, con unos premios dotados con 2.400 euros cada uno de ellos.

El presidente de la Diputación, Carlos García, explicó que los premios nacieron con el objetivo de «convenir y devolver el trabajo, esfuerzo y trayectoria de tantos productores que tenían un objetivo prioritario, fomentar y estructurar el paraje en la provincia de Ávila», por lo que consideró que «la gran premiada es la Diputación que tiene que devolver a tantas empresas que están adheridas a la marca por su trabajo, por su esfuerzo, por sus títulos, por su plan, por su iniciativa, por utilizar la marca», informa Ical.

El diputado responsable de Crecimiento Rural, Jesús Martín, señaló que se reconoce el trabajo de las 326 empresas que forman parte de la marca, aunque personalizado en las cinco premiadas en un «día importante en la provincia» porque se reconoce «el trabajo de las empresas que trabajan en nuestros pueblos, que se levantan todas las mañanas a producir empleo e ilusión». «Se reconoce la agricultura de las empresas dando a conocer lo que en nuestro paraje innova, genera empleo y riqueza y reto por nuestros pueblos», comentó.

Los galardonados en esta cuarta tirada fueron Dulces Sanchidrián, de Sotillo de la Adrada, Premio Excelencia; Granjas TECO, de Pedro-Rodríguez, Premio Innovación; Morcillas de Sotillo, de Sotillo de la Adrada, Premio Empresa Abierto; Pavos Bío, de San Esteban de los Patos, Premio Responsabilidad Social Corporativa, y Asociación Olivareros del Sur de Ávila, del Valle del Tiétar, Premio Cooperación Empresarial.

Dulces Sanchidrián recibió el Premio Excelencia por suceder convertido una empresa centenaria en una empresa renovada gracias al dimisión generacional y con una robusto reto por la innovación y suceder sabido adaptarse a nuevas formas de consumo incorporando tecnología para una elaboración sostenible y más ágil, sin perder calidad.

Crisanto Sanchidrián recuerda que la empresa es una tradición en su grupo, con su bisabuelo y pasando por las generaciones aunque incluso dijo que ahora «nos lo están poniendo congruo difícil a las pequeñas y medianas empresas». Percibir el premio «es un orgullo», aseguró, y le da «un poco de respiración».

Por su parte, Granjas TECO se lleva el Premio Innovación por suceder sabido combinar la producción de huevos ecológicos con los avances tecnológicos y la ideología de la industria 4.0 para contribuir al cuidado del medio hábitat, la producción saludable y el bienestar animal, sus tres ejes.

En representación de la empresa, Mariano González, señaló que el premio llega por su uso de las nuevas tecnologías para recuperar las metodologías antiguas, que se estaban olvidando, «para mejorar el bienestar de los animales, el cuidado de nuestros suelos y proveer las tareas más tediosas que tiene el ranchero como ir a cascar las puertas al amanecer», ya que hacen las cosas de forma telemática, adicionalmente de utilizar las nuevas tecnologías para disfrutar al mayor la energía solar o fotovoltaica. Asimismo tienen «todo en la aglomeración para dar transparencia» y que se vea «como han vivido las gallinas».

Igualmente, Morcillas de Sotillo recibió el Premio Empresa Abierto por suceder sabido amparar una idea de negocio a través de cuatro generaciones, aprovechando una oportunidad de mercado desde hace más de cien primaveras, adicionalmente de por el esfuerzo de amparar una elaboración artesanal y por pasar el liza de emprender en el medio rural. En representación de la empresa, Cristina Díaz habló «del delegado de su padre» y de un premio que supone «la remuneración por lo que trabajan día a día, por lo que luchan». La memoria que presentó al premio, dijo, «es nuestra historia, falta más», y se convierte en un homenaje a su padre, recordando que no es obvio emprender en el medio rural pero que para ella fue «la mejor valentía que pudo tomar».

Pavos Bío se alzó con el Premio Responsabilidad Social Corporativa por su clara filosofía basada en la sostenibilidad buscando impulsar mejoras en los ámbitos social, financiero y medio ambiental de la provincia, así como por sus esfuerzos por estrechar la huella de carbono y por las certificaciones que demuestran la producción ecológica que supervisión al tesina.

Por postrer, el premio Cooperación Empresarial recae en la Asociación Olivareros del Sur de Ávila, con cinco cooperativas (San Esteban del Valle, Pedro Bernardo, Sotillo de la Adrada, Candeleda y Mombeltrán) y una almazara de Arenas de San Pedro. En este caso se reconoce su trabajo colaborativo y el hecho de que esa unión les ha llevado a mejorar las técnicas de cuidado del olivo y de la elaboración del unto inexplorado extra. Pedro Gómez señaló que para ellos el premio es «un paso más» en su meta de conseguir la DOP.

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