Sequía y calor adelantan una vendimia con previsión de «buena» calidad y cantidad en Castilla y León


El Los primeros racimos ya han empezado a entrar. en las bodegas y han salido los primeros mostos. Aunque no en todos denominación de origen del vino de una comunidad tan extensa y diversa como Castilla y León, hay unanimidad en señalar que la de este 2023 es una cosecha “avanzada”. El sequía sólo interrumpido por las lluvias de finales de mayo y principios de junio que ‘animaron’ las vides, generalmente acompañado de calor han acelerado los ciclos de las plantas hasta llegar al momento más esperado del año. La que se vive ahora o aquella para la que los viticultores descuentan los días con una mezcla de ilusión por recoger los mimados frutos durante todo el año y el miedo a que una climatología imponderable que en el último momento arruine el trabajo amparado por trece Denominaciones de Origen. (DO), una indicación geográfica protegida y tres vinos de pagos en los que se cumplen las previsiones pretenden recaudar unos 295 millones de kilos.

La cosecha llega este año tan “avanzada” a Castilla y León que en Ávila Cebreros, la más joven de las denominaciones de origen, recogió las primeras uvas el 1 de agosto, ocho días antes de 2022 y uno o dos días antes que los últimos años. Y si el madrugador blanco Albillo Real hizo el traslado de las viñas a las bodegas a principios de mes, más ‘precipitado’ a pedir su cosecha ha sido la garnacha tinta, de la que nadie en la zona recuerda una cosecha tan temprana: el 8 de agosto empezaron. Aún queda por delante una larga campaña hasta mediados de octubre, con anticipación de que la cosecha será de buena calidad y cantidad« y la confianza de repetir los números de 2022, cuando »por primera vez« se superó el millón de kilos de uva trasegada desde los viñedos a las 23 bodegas inscritas.

Aunque con tramas “testimoniales” de cuál es el DO Bierzoy la semana pasada comenzaron a recoger las primeras uvas de las variedades blancas más tempranass, los de ciclo corto que han empezado a recuperarse y están “funcionando”, destaca el presidente, Adelino Pérez. A los rojos, los que dominan en esta denominación, todavía les quedan unos días para empezar y ver si se cumplen las previsiones. Si en 2022 rondaban los diez millones de kilos, para ello incluso esperan superar esa cifra y alcanzar entre once y doce millones. Y es que se espera que la cosecha sea de “buena” cantidad, y que las lluvias de mayo y junio ayudaron a que floreciera, pero también provocaron enfermedades como el mildiú, lastrando las esperanzas de una cosecha que Yo iba por “muy bueno”. Ya en el trabajo, lo que ven en la DO Bierzo, donde sólo han notado esta última ola de calor e incluso han experimentado buena parte del verano con “fresquito” por la noche, es que la calidad de la uva es “muy buena”.

aprovechar la noche

Los recolectores ya han entrado en las parcelas de Ruedadonde las variedades Sauvignon Blanc y Chardonnay son las primeras que han empezado a llegar a las bodegas de la DO reina de los blancos. Es de noche, cuando éla medida que las temperaturas bajan y permite menos oxidacióncuando comienza el ajetreo, que Se generalizará a finales de mes o principios de septiembre, con la variedad autóctona, la Verdejo. Aunque cuando comenzó la campaña el 15 de agosto el calor mandaba incluso cuando llegaba la oscuridad, durante el verano las temperaturas “no han sido tan extremas”, lo que que ha permitido que la uva alcance su mejor momento “con unas condiciones sanitarias excelentes” y sin enfermedades, destacan de esta DO, con más de 1.500 viticultores, 79 bodegas y casi 20.800 hectáreas de viñedo. Difícil, eso sí, llegar a la récord de casi 156 millones de kilos recaudados en 2022, unos 34 millones más que un año antes.

La vendimia nocturna comenzó el 15 de agosto en la DO Rueda con las variedades más tempranas

a B C

Si las primeras uvas de Rueda salieron el día 15, el día 17 lo hicieron los de la Sierra de Salamancalo que ya prevé que la cosecha se generalizará la próxima semana y a principios de mes estará en pleno apogeo. Llega “temprano” alrededor de una semanacon parcelas aún más prematuras, también porque con el calor y la falta de agua durante el verano como este Evitan que el grado alcohólico “suba mucho” de una uva que presenta “muy buena calidad”. Así, la previsión es que las 13 bodegas inscritas unos 300.000 kilos de grano de las 125 hectáreas de viñedos, “un poco más” que en 2022.

Y al principio han hecho los primeros recortes en el DO Arribes. También aquí la cosecha ha comenzado “por adelantado”. Alrededor de diez días para quienes abren la campaña y también con la previsión de que la generalización de la El traslado de las vides a las bodegas comienza antes.hacia el 10 de septiembre, en lugar del 15 al 20. Con “muy buena calidad”, en cantidad también prevén un “buen” 2023 y recoger alrededor de un millón de kilos material con el que elaborar sus vinos.

“Muy buen volumen” indica la cosecha en la DO León, donde también es “avanzado”. “Creo que será una añada para recordar”, confía el presidente de la denominación, Rafael Blanco, optimista sobre lo que esperan llegar a las bodegas. Hasta 3,6 o 4 millones de kilos de uva recaudados esperan alcanzar, por encima de los 3,1 millones que se clasificaron el año pasado. si en los proximos dias llueve, las uvas “hasta engordan un poquito”apunta Blanco, quien señala que en el sur de la DO -donde el lunes se recogieron los primeros frutos- la producción puede ser hasta un 15% superior y entre un 30 y un 40, en el norte, donde también ronda los diez días. con antelación y cumpliendo con un Ciclo vegetativo “impecable” en el que el contraste térmico entre el día y la noche ha sido “clave”.

“Mucha cosecha” también se prevé en Cigalesdonde a principios de esta semana calcularon que en unos doce días comenzaría la cosecha, sin descartar que en algunos terrenos empiecen antes. Y es que “algunas parcelas son muy desiguales”, con áreas más avanzadas que otras. La reserva hídrica acumulada desde el pasado otoño y finales de esta primavera ha permitido a la vid superar el verano seco. Si sigue sin “caer una gota”, la cosecha en esta DO donde predominan los rosados ​​será similar a la de 2022, pero si llueve un poco, confían en míIncluso en alcanzar entre 8,4 y 8,5 millones de kilos.

Acerca del 11 de septiembre y con toda “seguridad” en la primera quincena del próximo mes iniciarán la cosecha de Tierra del Vino de Zamoradonde además llega “bastante temprano” a las fechas tradicionales, en las que aquellos días de mayor afluencia estaban reservados para la tercera semana. “Cada vez se cosecha antes”indicar en este DO que confían para cobrar una cantidad similar a la de 2022, con unos 700.000 kilos de uva. De momento, lo que ven en los viñedos en los que el fruto, aunque “pequeño”, presenta “buena calidad” y cantidad, ya que las viñas viejas saben aprovechar los recursos hídricos que no han llegado en verano. Sí lo hicieron en mayo y junio, cuando sí perdieron algo de fruta.

“Todavía es temprano”

Algo más También tendrán que esperar en Toro. para empezar por el grueso de la cosecha, que en los últimos días ya ha dado el visto bueno a las variedades más “prematuras” y a los racimos “muy seleccionados”. A mediados de septiembre espera que una cosecha “avanzada” generalmente se prolonga. Si nada sale mal, auguran una recaudación “en el promedio del último año”, apunta el presidente de una de las cinco grandes DO de Castilla y León –junto a Ribera del Duero, Rueda, Bierzo y Cigales–. En cuanto a calidad, la uva “está perfecta”, destaca su presidente, Felipe Nalda, quien vaticina que la cantidad que llegue a las bodegas estará “en la media” de los últimos años, con unos 19 o 20 millones de kilos de uva, sin llegar a los techo de 2022, cuando recaudaron 24,5 millones.

Casi el último en España en iniciar el ansiado momento, en Ribera del Duero “es bastante pronto” para hacer previsiones, afirma Alberto Tobes, jefe del Servicio de Viticultura y Enología. aunque ya se ve que el ciclo de la vid está “avanzado”. DO por excelencia en tintos, también hay variedades blancas que entrarán en bodega en unos días, pero para el granel todavía queda algo. Tanto es así que posibles lluvias en septiembre podrían variar la cosecha entre un 10 y un 15 por ciento, afirma Tobes. El año pasado se vendieron unos 110 millones de kilos de uva. saludablemente, la fruta está “bien” e incluso hay parcelas que han logrado recuperarse del granizo que las pulverizó, aunque en otras la cosecha “será nula”.

Más al norte, en El Burgos Arlanza también el granizo causó daños, así como heladas, por lo que la cosecha presentará una pérdida ya estimada de entre el 10 y el 15%. Será a principios de octubre cuando estiman comenzar con el grueso de una recogida que se quedará por debajo del millón de kilos.

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