Las restricciones a la compra de aceite de oliva se multiplican hasta en las fiestas para evitar la especulación


Los desorbitados precios nunca vistos del grasa de oliva han llevado a que se multipliquen las restricciones a la operación con el fin de evitar que nadie acapare garrafas para su reventa, lo que podría agravar todavía más la inflación.

Este rigor se respeta a rajatabla en las cooperativas hasta el punto de que ni siquiera en celebraciones como la «Fiesta del Grasa Nuevo» en Viver (Castellón), el próximo domingo, 17 de diciembre, se relaja este control y «se limita a dos cajas por persona de cualquier formato (0,5, 1, 2 y 5 litros) igual que en todos los canales de liquidación» de esta entidad.

«El objetivo es poder democratizar el consumo de grasa de oliva de incorporación calidad y evitar el acaparamiento con fines especulativos, tendencia de la que huye la propia cooperativa, cuyos precios se establecen en almohadilla a los costes de producción sobre la búsqueda de un compensación acordado entre las evacuación de agricultores y consumidores», justifican desde la dirección.

Además más al sur en la Comunidad Valenciana, al otro extremo, en Castalla (Alicante), la tienda de la cooperativa solamente permite comprar una bombona de cinco litros por consumidor al mes, de su apreciada variedad de oliva ‘blanqueta’, en las calidades de inmaculado extra, tanto de la cuna en frío -más calidad- como la convencional.

Distinto de en estos puntos de liquidación directos de los productores, la red de distribución más masiva para el gran consumo, los supermercados y grandes superficies, han superpuesto de forma análoga restricciones con cupos de tope por cliente -por ejemplo, en Carrefour se fijó en septiembre en dos unidades por persona- con la misma finalidad de precaver que se haga acopio para su reventa clandestina. De hecho, en alguna ocasión se ve alguna bombona adjunto a la caja, al tener que dejarla por no cumplir estas restricciones. Encima, se intenta no provocar una posible escasez de suministro.

Aunque de momento, este otro problema del pequeño tamaño de reservas adecuado a varias cosechas ruinosas sucesivas en los últimos primaveras empieza hacer de vientre.

En Viver, sin ir más remotamente, vuelven a celebrar su tradicional fiesta anual luego de suspenderla en 2022, cuando se perdió mínimo menos que el 90% de la producción habitual. En concreto, ahora han registrado 778.485 kilos de oliva, que pese a todo sigue estando remotamente de los 1,2 millones que pueden resistir a cosechar en un buen año.

Este vaivén les permite comercializar 121.139 litros de grasa inmaculado extra, casi la centro destinado a la máxima calidad (inmaculado extra) «premium de gran valía añadido», los denominados ‘lamento’, ‘vivarium green’ y ‘ohsade ecológico».

Y para festejarlo, la cooperativa proposición en esta marcha lúdica un descuento de un 5% «para conseguir los primeros y más frescos aceites del año», aplicable todavía al resto de sus productos. Los participantes todavía podrán disfrutar de catas, actividades de ocio e infantiles y un «espacio gastronómico» con quesos de la Sierra de Albarracín (Teruel) y otros alimentos de Aragón.

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