La doctora y profesora de ciencias de la población y sanidad pública en la Potencial de Medicina Keck (California, Estados Unidos) acaba de descubrir que las aborrecimiento se deben a una hormona: la GDF-15. “Ahora sabemos que las mujeres enferman durante el apuro cuando se exponen a niveles de la hormona GDF15 superiores a los que están acostumbradas”, aseguró Fejzo.
Esta hormona es segregada por el embrión en sus primeras etapas de crecimiento y actúa sobre el tronco del encéfalo. “Lo que descubrimos es que hay mujeres que generan muy poca hormona o menos de lo habitual. Y durante el apuro, esta sube mucho. Al no estar acostumbradas, estas mujeres son hipersensibles al aumento“, explicó la doctora. Esta es la secreto para comenzar las investigaciones para conseguir encontrar un medicamento que actúe como remedio.
Acusada de exagerar sus aborrecimiento
Algunas mujeres no sufren muchas aborrecimiento durante su apuro, otras, por el contario, no pueden detener de cantar. En ocasiones, las embarazadas llegan a cantar decenas de veces al día, deshidratándose y poniendo en aventura su sanidad y la del feto. En este caso las aborrecimiento pasan a considerarse parte de una enfermedad incapacitante convocatoria hiperémesis gravídica (HG).
Aún así, algunos doctores consideran que las mujeres exageran estos síntomas. Esto fue lo que le dijeron a Marlena Fejzo cuando se quedó encinta de su primer hijo en 1996. No le dieron importancia a sus vómitos, aunque fueron tan graves que hicieron que la doctora no pudiera levantarse de la cama en semanas.
En su segundo apuro, en 1999, los vómitos fueron todavía peores. La mayoría de mujeres engordan más o menos de 2 o 3 kilos en las primeras semanas de preparación, pero ella adelgazó siete. Acabó en arnés de ruedas y alimentándose a través de una sonda intravenosa. El bebé murió.
Desde ese momento se ha dedicado a estudiar el motivo de este trastorno.