6 consejos para no liarla en la cena de Navidad de tu empresa



Llega el mes de diciembre y con él el espíritu navideño. Una palabra que nos va a escoltar estos días allá a donde vayamos: que si las luces de Navidad, que si la Suerte de Navidad, que si los regalos de Navidad… Y entre todo este escena no podían ofender las cenas de Navidad de empresa. Una ocasión única y exclusivo para compartir anécdotas con los compañeros de trabajo, pero que se nos puede ir de las manos.

Las cenas de Navidad de empresa dan la oportunidad para que los compañeros se puedan agrupar allá del puesto de trabajo, en torno a una mesa y en un círculo relajado. Ahora acertadamente, es importante ir concienciado de que relajado no quiere afirmar que todo vale; y es que, al contrario de lo que pasa en Las Vegas, lo que ocurre en la cena de Navidad no se queda en la cena de Navidad.

A continuación te dejamos estos 6 consejos para no solo sobrevivir a la cena de Navidad de tu empresa, sino además para ingresar puntos extra con tus compañeros y jefes.

Cuidado con las copas

Un par de copas durante la cena no te harán daño; lo que sí te lo hará es emborracharte. Unas cervezas de previa, un vinito durante la comida, los cócteles de luego. Entre unas cosas y otras es ligera perder la cuenta de cuántas llevas y que el vino se te haya subido ya a la persona: esa es la fórmula perfecta para finalizar metiendo la pata.

Lo más importante es que no hay que olvidar que, aunque no estés en la oficina, estas celebraciones siguen siendo parte del contexto sindical. Por eso, no pasarse con la bebida nos salvará de un más que posible disgusto y, quién sabe, si de finalizar perdiendo el trabajo (adicionalmente de evitarnos una buena resaca al día futuro).

Deja el coche en casa

Relacionado con lo precursor, por mucho que hayas ido a la cena jurando y perjurando que no ibas a succionar, lo más probable es que acabes haciéndolo. Y ya sabes: si bebes, no conduzcas. Dejar esa tinieblas el coche en casa e ir al restaurante en taxi o en transporte manifiesto salvará a más de uno de dar positivo en algún control de alcoholemia o de sufrir un casualidad.

La cena de empresa no es Tinder

No intentes amarrar con nadie en la cena de Navidad. Así de sencillo. No estás en Tinder ni son desconocidos los que están a tu aproximadamente: son aquellos con los que compartes tu viaje sindical.

Seguramente (y volvemos al tema del vino), las copas te han llevado a intentar poco con alguno de los presentes y lo más probable es que te arrepientas al día futuro de haberlo hecho. Por otra parte, esta porte puede aturdir a los jefes y convertirte en el centro de los chismorreos entre los compañeros. Y lo más importante: esa persona puede sentirse incómoda en presencia de tus insinuaciones.

Otro aspecto a tener en cuenta es la política de la empresa sobre las parejas, ya que algunas prohíben las relaciones entre compañeros.

Sé tu mismo, pero…

Se tú mismo en la cena de Navidad, pero no te pases. Es afirmar, no te desmelenes en exceso y termines llamando excesivamente la atención. Así evitarás hacer poco inapropiado. Esto no quiere afirmar que te sientes en una apero sin hacer carencia, sino que guardes tu flanco más calavera para cuando estés con los colegas y que aquí te comportes de forma parecida a como lo haces en la oficina.

Tira de logística a la hora de sentarte

Todos sabemos que no todos los compañeros de trabajo nos caen de la misma forma y que incluso hay alguno con el que preferiríamos no cruzarnos en exceso. Es por eso que, para evitar un hipotético conflicto, la mejor posibilidad es tratar de escoger dónde sentarnos: cerca de con los que tenemos más afinidad y allá de aquellos con los que ya ha habido algún que otro roce.

Una vez en tu sitio, deje y sé amable con todo el mundo, pero sin meterte en arenas movedizas: hay ciertas conversaciones ‘peligrosas’ que nos costarán un dolor de persona y momentos de tensión. No entres al trapo si cierto dice poco que nos molesta y respira profundamente antiguamente de contestar.

Ni muy formal ni muy desarreglado

Esto no es una moqueta roja, así que vuelve a acatar en el armario el esmoquin y el traje de atuendo. Ahora acertadamente, siquiera te presentes con la camiseta de estar por casa. Vístete con ropa cómoda, con la que te sientas a estilo y que demuestre que te has arreglado. Al final de cuentas esta es una ocasión exclusivo que solo pasa una vez al año.

En definitiva, lo más importante es que te lo pases acertadamente, pero siempre comportándote adecuadamente para la ocasión. Y es que, en la cena de Navidad de la empresa, la diversión no está reñida con la profesionalidad.

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