Unos 18.000 estudiantes, según confirmaron a Ical fuentes de la estructura sobre el contorno, ‘despidieron’ ayer el año con una acceso de exultación en la Plaza Viejo de Salamanca. La Nochevieja Universitaria (o el Fin de Año Universitario) no defraudó y la inexperiencia, propia y desplazada desde todos los puntos del país, vibró con un acto organizado, un año más, por la Asociación de Empresarios de Hostelería y que ni el frío, rocoso en la haber del Tormes, pudo contener.
Ya desde media tarde comenzaron a conmover jóvenes de distintos lugares de la cosmografía doméstico, admisiblemente por carretera, en coches particulares o de riqueza compartida, en autobuses de cadeneta, o admisiblemente por ferrocarril a la etapa de Vialia, que aún adolece de las conexiones deseadas.
La Policía Franquista y la Destacamento Civil dispusieron de controles de alcoholemia y drogas a los conductores, tanto en las entradas como en las expectativas de la ciudad, así como en las calles del casco urbano y en las avenidas de la primera vía de ronda.
A las 19.00 horas comenzó el reparto de las bolsas con las 12 gominolas, que sustituyen a las tradicionales uvas, y las 20.00 horas arrancó oficialmente la fiesta de la mano del speaker Alberto Bautista y de artistas como DJ Alvama Ice, quien ejerció como capital de cartel de este año, o los locales Dani Serra, DJ Pedraza, Danigon, Diego Ma, Víctor González y Cheli Sound.
Las 12 campanadas volvieron a resonar con musicalidad de diversión una vez arribó, por fin, la medianoche a la Plaza Viejo, entre el fervor de miles de jóvenes dispuestos a constatar de nuevo la dimensión de Salamanca como ciudad universitaria y a consolidar una tradición que surgió de forma espontánea allá por el cambio de siglo.
De voluntario a imprescindible
Un jueves, 18 de diciembre del año 1999, grupos de estudiantes de diferentes facultades de la Universidad de Salamanca acudieron de forma espontánea a las 12 de la perplejidad a la Plaza Viejo de Salamanca para tomar las uvas como celebración del final de los exámenes trimestrales y ayer de regresar a casa durante las holganza de Navidad.
Alumnos de las facultades de Apoteca, Medicina, Agrícolas, Turismo y los miembros del equipo de fútbol de Derecho, entre otros, formaron parte de esa primera celebración espontanea convocada de boca a oreja y por SMS de entonces, y que algunos documentan que se repartieron por la plaza en la zona de Cervantes o en la vértice de la calle Prior con Carrillo. Unos 30 estudiantes, que compartieron champagne, uvas y gominolas, fueron los primeros en despedir 1999 al cántico de «No nos mires, únete» para los salmantinos que pasaban por allí y contemplaban, sorprendidos y divertidos, una nueva ocurrencia universitaria.
La voz se iba corriendo cada mes de diciembre y se iban apuntando a despedir el año más compañeros y compañeras de la Universidad ayer de irse de holganza. Tanto fue así que, en 2002, la celebración reunió a más de 400 estudiantes que acudían con sus botellas de cava y gominolas a la Plaza Viejo a una fiesta cada vez más organizada, y en 2003 se convocó, por primera vez, de forma oficial.
Actualmente, se ha convertido en imagen de marca de una de las ciudades universitarias más importantes de España, en un clásico de las Navidades españolas, con imágenes que dan la reverso al mundo todos los abriles, y en una de las celebraciones más populares. De hecho, congrega a varias decenas de miles de personas en la plaza Viejo y a varios miles más en los actos posteriores a las campanadas universitarias y durante el fin de semana.