En concreto en el tercer trimestre se registraron 53.480 denuncias , un 8 % más que en el mismo periodo del año previo, y 52.545 mujeres víctimas, un 9,57 % más. Los juzgados dictaron 9.754 órdenes de protección, 7 de cada 10 solicitadas y un 17% más que hace un año. En el 47% de dichas solicitudes la relación entre la pareja continuaba. Adicionalmente 2 de cada 3 mujeres eran españolas y 144 menores de antigüedad.
El 84 % de las 13.461 sentencias fueron condenatorias, porcentaje que se acerca al 94,5 % si solo se analizan las resoluciones de los juzgados de violencia sobre la mujer, encargados de emplumar los delitos leves. Los juzgados de menores celebraron en ese periodo juicios a 55 menores por casos de violencia sobre la mujer, emblema igual a la de hace un año. En 51 de esos procesos se adoptaron medidas.
Sin bloqueo, aunque la tasa de víctimas de violencia de tipo por cada 100.000 mujeres experimentó un nuevo aumento interanual la denuncia en la decano parte de las ocasiones es presentada por la víctima. Solo en 986 casos, el 1,84 % del total, fue el entorno el que dio el paso de venir a la Policía o al chancillería.
Alerta el noticia de que el número de víctimas que se acogieron a la dispensa de la obligación justo de resolver contra el asaltante aumentó casi un 19% y la presidenta del Observatorio, Ángeles Carmona, muestra su preocupación por ese cantidad que, dice, es “una muestra clara de los daños psicológicos que siempre, incluso cuando no hay agresiones físicas, causa la violencia de tipo en las mujeres”. Interpreta incluso el crecimiento casi constante de las denuncias como prueba de que las víctimas son cada vez más conscientes de la importancia de venir a las autoridades policiales o judiciales.
“Que las víctimas den el difícil paso de denunciar a sus parejas o exparejas es un hecho que debe valorarse de forma positiva, pero las 53.480 denuncias presentadas en tan solo tres meses, 581 cada día, incluso nos muestran una sinceridad difícil de digerir al poner de manifiesto que la violencia machista, desgraciadamente, sigue muy presente en España”.