Ha optado por una formulación sin duda preparada de antemano que no permite ser interpretada como un respaldo al Gobierno
«La Comisión es la guardiana de los tratados y vigilamos y confiamos en todos los Estados miembros». Ha sido la primera vez en la que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, tiene que objetar públicamente a la pregunta de si le preocupa la situación del respeto al Estado de derecho en España, y ha seleccionado expresamente no ayudar a Pedro Sánchez, que estaba en el mismo podio que ella en la rueda de prensa que ha puesto fin al postrero Consejo Europeo de la presidencia española.
Sánchez estaba visiblemente desagradable, tenso, apretando las mandíbulas en señal de incomodidad. La pregunta era lo asaz expresa y le hubiera permitido a Von der Leyen asegurar sencillamente que España no está en la misma situación que ha estado Polonia y que aún está Hungría, bajo procedimiento sancionador.
Incluso hubiera podido citar al propio Sánchez, que ha utilizado en la misma rueda de prensa una frase del nuevo primer ministro polaco Donald Tusk contra el populismo de extrema derecha, pero ha optado por una formulación sin duda preparada de antemano que no permite ser interpretada como un respaldo al Gobierno en el campo del respeto as las reglas democráticas, a pesar de que poco antaño había elogiado su agricultura durante los seis meses de presidencia, como por otro banda es habitual.