«Yo no tengo nada que ver y se pretende involucrarme»


El principal sospechoso y único investigado por la desaparición y asesinato de la vecina de Traspinedo (Valladolid) Esther López, en su testimonio este viernes delante la jueza ha vuelto a rebotar cualquier implicación en los hechos y ha reiterado que tras bajarse la damisela de su coche no volvió a retener de ella. A lo generoso de casi una hora de interrogatorio, durante el cual Óscar S.M, tan sólo ha respondido a preguntas de la sentenciador, la fiscal cabecilla, Soledad Martín, y su letrada defensora, el investigado ha insistido en su inocencia. «Yo no tengo falta que ver, esto es una mala investigación y se pretende involucrarme», ha agudo el además vecino de la plaza vallisoletana, que se ha mostrado tranquilo a lo generoso de su testimonio.

La mayoría de las preguntas han sido formuladas por la jueza, quien ha interpelado a Óscar, entre otras cuestiones, sobre los motivos del lavado del coche el mismo día de la desaparición de la damisela, cosa que el investigado ha inepto categóricamente, pese a unas imágenes en una surtidor en las que se ve un turismo como el suyo entrar en el túnel de lavado, así como sobre distintas búsquedas en Google Maps, casualmente en las que aparece el proscenio en el que fue localizado el cenizas de la víctima y donde él tuvo primaveras antiguamente una salida de vía por circular bebido.

A este respecto, Óscar no ha sabido explicar el motivo de tal circunstancia pero sí ha ostensible en su descargo que esas búsquedas las hace a diario, «miles de consultas», con motivo de la agencia de viajes que regenta y con el objetivo ese día de circunscribir apartamentos y hoteles en Girona o Galicia y determinar el kilometraje existente con el fin de realizar paradas con los autocares.

En el transcurso de su testimonio, a la que ha tenido acercamiento Europa Press en fuentes del caso, además se le ha pedido una explicación al hecho de que en el maletero de su turismo fuera hallado ADN de la fallecida, poco que Óscar atribuye a que fueron los propios miembros de la Guardián Civil los que llevaron hasta allí dichos restos al introducir en el habitáculo trasero distintos posesiones hallados en el transporte, entre ellos las alfombrillas y hasta la sillita de su hija.

Óscar S.M. ha sostenido que el transporte que él conducía aquella orto lo ocupaban Carlos Lucio G.D. (‘Carolo’), quien figuró inicialmente además en la causa como investigado yuxtapuesto a Ramón G, y que en la parte de detrás viajaba Esther López, de ahí que su ADN pudiera acaecer llegado hasta el maletero, según especuló, a través de las alfombrillas o la sillita de su hija.

Lo que además ha querido dejar claro el investigado es que la oscuridad de autos no se produjo discusión alguna entre él y Esther, de la que asegura que en un momento regalado, posteriormente de dejar a ‘Carolo’ en su casa, le propuso seguir de fiesta por Valladolid hacienda a lo que Óscar se negó. «No fue ninguna discusión, me dijo que la dejara apearse para irse a casa de Carolo», sostiene el único sospechoso.

A este respecto, la propia sentenciador no ha podido por menos que trasladar al interrogado su extrañeza por acaecer desaseado a la chica, que según sus amigos y familiares han dicho que era un tanto «miedosa», cuando aquella orto había -7 grados y era una zona de pinares absolutamente, máxime cuando encima la víctima había tomado bebida y cocaína.

Siquiera ha tenido explicación Óscar a preguntas sobre el borrado de los datos de la centralita de su turismo o al hecho de que su teléfono móvil hubiera estado aquella oscuridad de autos y a posteriori en ‘modo avión’, pero sí ha trabajador para afianzar que el desdicha que la Guardián Civil atribuye a su transporte, supuestamente producto del atropello, no lo tenía el turismo cuando de forma voluntaria se lo entregó a los investigadores para que realizaran en él los observación pertinentes. «Me sorprendí mucho cuando mi abogada me enseñó las fotos y se veía un desdicha que antiguamente no había», ha denunciado Óscar S.M, quien ha explicado igualmente que su relación con la fallecida era buena, «de hola y qué tal», y que nunca había habido intento por ningún de los dos de suministrar relaciones íntimas.

«Yo no tenía ningún motivo para desearle poco malo, todo lo contrario, la apreciaba tanto a ella como a su grupo», ha concluido el investigado, quien, según valor de la sentenciador titular expresada en el automóvil correspondiente, seguirá gozando de permiso pero bajo ciertas medidas cautelares, como la de firmar todos los lunes en las dependencias de la Guardián Civil que estime oportunas y la prohibición de desatender división gachupin.

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