El futbolista Álvaro Ratón podrá ocurrir la Navidad por primera vez en cinco abriles en Carballiño, tras concluir absuelto por tercera vez de una acometida sexual en Carballiño. Anteriormente, lo tenía prohibido por la orden de alejamiento con respecto a la denunciante. La sentencia deja sin mercancía las medidas cautelares.
Esta circunstancia lo hace “muy adecuado”, según asegura su leído, Antonio Gea Penalva. Asegura que el decreto no le sorprende – “dice sin fisuras los que nosotros concluimos”- pero lamenta que no se le imponga las costas a la otra parte. “Una sentencia, adicionalmente de ser desafío, debe ser robusto al ganancia del mercaderías de denunciado o denunciante y el delito”, valora. Y destaca, adicionalmente, la presteza de la togada en dictar el decreto teniendo en cuenta las tardanzas de las anteriores sentencias, incluidas las de la Audiencia a la hora de resolver los posibles. “Es el único futbolista absuelto por acometida sexual y eso ha condicionado el proceso procesal”, añade.
Destaca la tardanza en interponer la denuncia (cinco días); el hecho de que la mujer acudiera al día venidero al oportunidad de los hechos – “inadmisible en una víctima de acometida sexual”- y que ningún de los cinco amigos con los que salió de fiesta vieron nada.
Tal como anunció en el razón, Antonio Gea presentará en las próximas semanas una querella contra la denunciante y cuatro de los testigos de parte por denuncia falsa y fingido testificación. “No hay cuestión más machista que una mujer denuncie poco sin ningún tipo de prueba; en este caso, solo por el hecho de ser futbolista de un equipo de segunda división con ingresos importantes -140.000 euros al año- que ella conocía porque son públicos”, destaca el abogado de Ratón.
El leído acento de “cinco abriles de cansancio, con un daño incuantificable a todos los niveles, incluido el deportivo, porque la segunda división no es igual en España que en Polonia”. Y renunció a ir a un equipo de Araba Saudí.
La denunciante
La imputación particular no confirmó si recurrirá, pero valoró el decreto; “Es una sentencia al más puro estilo machista, con claro sesgo de mercaderías, poco inaceptable”.