Las asociaciones de vecinos se resisten a expirar. La razón de ser de estos colectivos que fomentan la convivencia en el barriada cobra sentido en días como el de este viernes: las mujeres de O Pino, en el recinto social de As Termas, recibieron muy emocionadas las postales navideñas que otros ourensanos habían escrito para ellas. Incluso hubo algún hombre en el asociación, aunque el perfil de usuaria de asociaciones vecinales es fácilmente trazable: mujer, viejo y sola. El parámetro se repite, prácticamente, en cada recinto social de la ciudad.
Las cifras del Instituto Franquista de Estadística hablan de más de 10.000 mayores de 70 abriles de la provincia que confiesan no tener a nadie con quien susurrar en su día a día. Están solos, adentro y fuera de casa. Sin requisa, los datos dan una pequeña esperanza a otros que están solos, pero no tanto: 1.500 ourensanos que residen en soledad en sus viviendas tienen el único apoyo de un vecino o un amigo. Es afirmar, que la bordadura del vecindario es vivo y salva del aislamiento a más de un millar de vecinos de la provincia. Entre los números, hay rostros como el de las mujeres de O Pino que confiesan que no tienen a nadie, pero acuden a las clases de encaje de bolillos como terapia para no sentirse tan solas.
“Quería decirte que no estás sola, hay mucha concurrencia que piensa en ti, como yo. Vosotros sois las personas más sabias del mundo. Firmado: Una novicio”, dice una de las cartas que leyeron ayer emocionadas las vecinas de O Pino. Algún voluntario dejó escrito su correo electrónico, para alegría de las mujeres. Aunque no se manejan con las nuevas tecnologías, ya solicitaron que algún les enseñe. Quieren reconocer el mueca de las postales navideñas.
Los chicos del curso de animación sociocultural del CIFP Portovello tienen mucha tarea por delante. Ellos son los que organizaron la creación de buzones para cursar postales solidarias por Navidad. Ayer entregaron las primeras en O Pino, con alguna pizca entre las usuarias. “Fue muy emocionante”, reconocen los chavales. Esta iniciativa espontánea tiene reconvención: este viernesllevaban casi 400 postales en el recuento. Todavía les quedan dos buzones por revisar. Llegarán a más barrios en los próximos días.
No importa si es encaje de bolillos o pilates. Lo segundo se practica más en la asociación municipal Catro Camiños de Peliquín. Los de este barriada cerraban ayer el curso, con dedicación prenavideño tras meses volcados con el deporte. Se juntaron medio centenar de usuarios. En el recinto social era todo alegría ayer por la tarde. La pandemia asustó a muchos de estos vecinos, que dejaron de personarse a las clases. Ahora regresan, para estar menos solos. “As asociacións nos barrios son moi necesarias”, recuerda el presidente de la asociación municipal de Peliquín, Ricardo Vázquez, resumiendo el percibir popular de todos esos líderes vecinales que se esfuerzan por integrar al que no tiene a nadie a su flanco. En definitiva, por hacer la vida poco más agradable al que ya lo tiene crudo. “Nestas datas nas que a casiña se lle fai sobresaliente, sentirse queridas agradéceno no corazón”, anota Santo Gómez, de As Termas.